La Presidencia de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) condenó enérgicamente los abusos que sufrió una niña de nueve años que fue violada por su padrastro, resultó embarazada de gemelos y sometida a un aborto hace unos días.
Los obispos manifestaron su perplejidad por lo acontecido en Pernambuco. "Repudiamos vehementemente este acto insano y defendemos la rigurosa investigación de los hechos, y que los culpables sean debidamente sancionados, de acuerdo a la justicia", manifiesta una declaración firmada por la Presidencia de la CNBB.
Los prelados lamentaron que no se trate de un caso aislado. "Nos preocupa el creciente número de ataques contra la vida de los niños, víctimas de abusos sexuales. En este contexto, la Iglesia está unida a ella y con todos los niños víctimas de este tipo de brutalidad, y sus familias", indicaron.
Asimismo, recordaron que "en fidelidad al Evangelio", la Iglesia "siempre se plantea en favor de la vida, una condena inequívoca de todos los actos de violencia que ofende la dignidad humana".
Por su parte, los obispos de la Región Noreste del país recordó que la defensa de la vida es "un principio que guía la práctica de la Iglesia en Brasil" como lo hizo en "el régimen militar establecido en 1964, cuando salió en defensa de la vida y la dignidad de las personas, la defensa de los derechos humanos de los perseguidos, torturados y refugiados políticos".
Según los prelados, la conciencia mayor sobre los derechos humanos, "no permite ningún tipo de violencia, especialmente en relación con el niño y la mujer. En este caso concreto, rechazan la violación y el abuso sexual sufrido por la niña".
Sin embargo, aclararon que "no siempre se puede identificar lo que está protegido por la ley con los principios éticos y valores morales. Para nosotros, siempre tendrá prioridad el mandamiento del Señor: ‘¡No matarás!’"
"Dada la complejidad del caso, lamentamos que no se haya enfrentado con la serenidad, tranquilidad y tiempo que la situación exigía. Además, no estamos de acuerdo con el resultado final de eliminar la vida de seres humanos indefensos", agregaron y precisaron que "nos corresponde externalizar nuestras creencias públicamente en defensa de la vida que es siempre un don de Dios".
Los obispos manifestaron su perplejidad por lo acontecido en Pernambuco. "Repudiamos vehementemente este acto insano y defendemos la rigurosa investigación de los hechos, y que los culpables sean debidamente sancionados, de acuerdo a la justicia", manifiesta una declaración firmada por la Presidencia de la CNBB.
Los prelados lamentaron que no se trate de un caso aislado. "Nos preocupa el creciente número de ataques contra la vida de los niños, víctimas de abusos sexuales. En este contexto, la Iglesia está unida a ella y con todos los niños víctimas de este tipo de brutalidad, y sus familias", indicaron.
Asimismo, recordaron que "en fidelidad al Evangelio", la Iglesia "siempre se plantea en favor de la vida, una condena inequívoca de todos los actos de violencia que ofende la dignidad humana".
Por su parte, los obispos de la Región Noreste del país recordó que la defensa de la vida es "un principio que guía la práctica de la Iglesia en Brasil" como lo hizo en "el régimen militar establecido en 1964, cuando salió en defensa de la vida y la dignidad de las personas, la defensa de los derechos humanos de los perseguidos, torturados y refugiados políticos".
Según los prelados, la conciencia mayor sobre los derechos humanos, "no permite ningún tipo de violencia, especialmente en relación con el niño y la mujer. En este caso concreto, rechazan la violación y el abuso sexual sufrido por la niña".
Sin embargo, aclararon que "no siempre se puede identificar lo que está protegido por la ley con los principios éticos y valores morales. Para nosotros, siempre tendrá prioridad el mandamiento del Señor: ‘¡No matarás!’"
"Dada la complejidad del caso, lamentamos que no se haya enfrentado con la serenidad, tranquilidad y tiempo que la situación exigía. Además, no estamos de acuerdo con el resultado final de eliminar la vida de seres humanos indefensos", agregaron y precisaron que "nos corresponde externalizar nuestras creencias públicamente en defensa de la vida que es siempre un don de Dios".
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