Madrid (España), 11 Nov. 08 (AICA)En un ataque de malhumor, el llamado “Colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales de Madrid” (COGAM) respondió con algunos despropósitos a unas declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Antonio María Rouco Varela, sobre el reciente referéndum en California que rechazó el matrimonio homosexual, algo que, según parece, les ha sentado muy mal.
Pues bien, esta agrupación -según informa el boletín “Análisis Digital”-, que todavía “no se destacó en la vida pública por sus conocimientos en teología y relaciones internacionales, se permitió sugerir que lo ‘bueno’ para España sería someter a consulta popular, no el ‘matrimonio’ homosexual, sino algo mucho más avanzado y progresista, como un referéndum para evaluar si procede mantener los acuerdos entre España y la Santa Sede. Así, de veras”.
El cardenal Rouco Varela había sido requerido para responder a la pregunta de si hubiera sido oportuno someter en España a referendo, como ocurrió en California y otros Estados norteamericanos, un proyecto de ley sobre “matrimonio” gay, propuesta que fue rechazada por la mayoría de votantes que eligieron a Barack Obama presidente de los Estados Unidos.
El arzobispo de Madrid respondió que, efectivamente, “hubiera sido bueno, ya que nos hubiera ayudado a conocer mejor la realidad no solo superficial de los españoles sino lo más profundo de la conciencia en los aspectos más decisivos de la vida”. “Esa forma de entender el matrimonio va en contra de la civilización y tiene que ver con una concepción del hombre que habría que rectificar”, subrayó el cardenal Rouco Varela.
El boletín “Análisis Digital” añade que “para tomar algo en serio a esta agrupación de ciudadanos y ciudadanas gays, lesbianas, transexuales y hasta bisexuales, hubiera sido bastante más sugerente que propusiese un debate sobre la concepción del hombre, la cultura occidental, el respeto a la vida y, quizá, sobre algo tan desconocido por ellos y ellas como es la conciencia, que acaso es lo que más le ha podido molestar de las observaciones del cardenal Rouco. Porque, en el fondo y en la forma, lo que de verdad irrita a estos colectivos, es que alguien les recuerde que su conducta, aparte del respeto que se merecen como personas, es contraria a todos los principios cristianos. De ahí que la Iglesia sea uno de sus objetivos preferidos de burla”.
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