Ella afirma: “No pedimos nacer de este modo, con las limitaciones y la confusión que implica”. Clark declara cómo una gran sensación de vacío la llenó al saber que ella no tenía padre como los demás niños, de quienes sentía celos por tener padre, madre y hermanos.
“Me di cuenta de que en cierto sentido era rara. Verdaderamente nunca tendría un padre. Por fin entendí lo que significaba ser concebida por un donante; y lo odié”. Hoy que se celebra la FIV como adelanto médico, convendría tener en cuenta el testimonio de los hijos-víctima que cumplen un deseo de los padres a un precio demasiado alto.
Pili S Montalbán
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