Así lo demuestra la psiquiatra y miembro del Comité Asesor de Derecho a Vivir (DAV) Carmen Gómez-Lavín, tomando como base diferentes estudios médicos internacionales. En España, el 97% de los más de 100.000 abortos declarados anualmente se practica bajo este supuesto.
REDACCIÓN HO, ANALISIS DIGITAL.- Citando el European Public Health de 2005, Gómez-Lavín señala que durante el aborto y en el año que sigue a la intervención, la mortalidad de las mujeres que abortan es entre 3,5 y 6 veces más elevada que la de las mujeres que dan a luz. Tomando también como base el estudio publicado en Medical Science Monitor por los doctores J.R. Cougle, D.C. Reardon y P.K. Coleman, el riesgo de desarrollar una depresión clínica es un 65 por ciento mayor en las mujeres que abortan, que en aquellas que dan a luz.
La doctora Gómez-Lavín observa "la paradoja" de que en España, el 97 por ciento de los más de 100.000 abortos declarados anualmente se practica bajo el supuesto de grave peligro para la salud física o psíquica, "cuando el hecho es que toda la literatura científica apunta de manera significativa y concluyente que el mayor riesgo para la mujer se produce después del aborto". También aporta un estudio comparado sobre aborto inducido y casos diagnosticados de síndrome post-aborto en mujeres de Estados Unidos y Rusia, publicado por V.M. Rue en Medical Science Monitor en 2004, que señala que el 60% de las mujeres que se someten a un aborto inducido declara: "parte de mí murió", después de la operación.
El mismo artículo -indica la experta- muestra que "el 64 por ciento de las mujeres embarazadas que se habían sometido a un aborto se sintieron presionadas para hacerlo. La coacción llegó en algunos casos a la violencia o incluso a la amenaza de muerte".
"El 52 por ciento comenta que lo hizo apresuradamente y el 54 no estaban seguras de su decisión en el momento del aborto. El 67 por ciento no había recibido ningún asesoramiento previo", añade la doctora Carmen Gómez-Lavín.
Como recuerda la psiquiatra, la investigación demuestra "el trauma que supone el aborto para la mujer, y más si hay una predisposición a la enfermedad mental", mientras que "el embarazo no genera un problema de salud psíquica en la gestante".
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