La noticia, sin duda positiva si es para prevenir o curar el autismo, se vuelve perversa si se utiliza para eliminar a los fetos.
Transcribo unas declaraciones de uno de los miembros del equipo científico, el doctor Baron-Cohen: “Si hubiera una prueba prenatal para el autismo, ¿ésta sería deseable?, ¿qué perderíamos si los niños con autismo fuesen eliminados de la población?”, se pregunta el científico.
Continúa: “deberíamos empezar a debatir esto. Hay una prueba para el Síndrome de Down, es legal y los padres ejercen el derecho de elegir la terminación, pero se suele vincular al autismo con el talento. Es una condición diferente”.
Resumiendo, los niños con Síndrome Down pueden ser “terminados” porque es legal y no desarrollan talentos especiales. Los niños autistas no deben ser eliminados porque pueden desarrollar talento.
Me pregunto: ¿qué se hace si una vez nacidos no los desarrollan?, ¿la vida humana es digna y válida en función del talento o de lo que aporte a la sociedad?, ¿qué diferencias hay entre las ideas expuestas por el doctor Baron-Cohen en Cambridge en 2009, y las del doctor Mengele en Auschwitz, en 1943?
Sin duda se trata de un ejemplo más de la “cultura de muerte” y de la dictadura del utilitarismo y cientificismo en el que estamos inmersos.
http://www.seraudaces.es/
Aníbal Cuevas
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