REDACCION HO.- Siguiendo una práctica inveterada en las instituciones europeas, el parlamento de Estrasburgo se propone votar mañana una iniciativa trampa sobre internet que, en caso de aprobarse, restringirá de manera radical la libertad en la red.
El ropaje es el habitual, políticamente correcto, buenista, igualitarista, pulcramente democrático: acceso igualitario a internet de todos los ciudadanos de la Unión, banda ancha para todos, competencia en los precios, mercado único, etc. Durao Barroso lo vendió así:
"A partir de hoy, un mercado único sin fronteras para los operadores y consumidores europeos no es ya un sueño."
Junto al "sueño", algunas observaciones también tradicionales en la UE: necesidad de un control, por supuesto "independiente" que pueda "supervisar", y otras lindezas similares, propias de la jerga de los gobiernos europeos cuando pretenden restar libertades a sus votantes.
A todo el asunto, preparado por la Comisión en 2007, lo han bautizado como Paquete de Telecomunicaciones. En él se deslizan propuestas como estas:
"Organos de vigilancia más independientes que garanticen una reglamentación justa en beneficio de los consumidores. Muy a menudo las entidades reguladoras son aún demasiado afines al operador dominante, que en muchos países sigue siendo en parte propiedad del Estado. La reforma de las telecomunicaciones se propone fortalecer la independencia de los órganos nacionales de vigilancia, tanto respecto de los operadores como de los gobiernos.
Para llevar a la práctica la reforma de forma rápida y efectiva, la Comisión propone que se instituya una Autoridad Europea del Mercado de las Telecomunicaciones que permita que determinados servicios de comunicación de gran importancia (tales como el acceso a la banda ancha, la itinerancia de datos, la telefonía a bordo de aviones y naves y los servicios transfronterizos a las empresas), se ajusten a una reglamentación más coherente en los 27 Estados miembros."
Traducido lo anterior y combinado con el asunto del "mercado único", la propuesta que mañana se debatirá significa que las empresas proveedoras de servicios en la red podrán ofrecer paquetes de contenidos al estilo de las actuales compañías de televisión. Pongamos que estamos hablando de PRISA y su Digital Plus.
Nos encontramos ante la posibilidad de que se apruebe en el parlamento europeo, a muy pocas fechas para su disolución, un procedimiento que permitirá controlar los servicios que se ofrecen al usuario, lo que en la red puede significar que los proveedores de servicios tendrían la facultad de determinar qué páginas visitamos.
No es la primera vez que desde la UE se trata de restringir la libertad en la red. El último caso, muy reciente, es el de la cabeza de lista de los socialistas por Barcelona a las elecciones europeas, María Badía, autora de una iniciativa para que se regulen todos los blogs europeos. La europarlamentaria socialista propuso elaborar un censo de los autores de bitácoras donde figurara su adscripción política. el proyecto que se vota mañana no se aleja demasiado de sus pretensiones.
El ropaje es el habitual, políticamente correcto, buenista, igualitarista, pulcramente democrático: acceso igualitario a internet de todos los ciudadanos de la Unión, banda ancha para todos, competencia en los precios, mercado único, etc. Durao Barroso lo vendió así:
"A partir de hoy, un mercado único sin fronteras para los operadores y consumidores europeos no es ya un sueño."
Junto al "sueño", algunas observaciones también tradicionales en la UE: necesidad de un control, por supuesto "independiente" que pueda "supervisar", y otras lindezas similares, propias de la jerga de los gobiernos europeos cuando pretenden restar libertades a sus votantes.
A todo el asunto, preparado por la Comisión en 2007, lo han bautizado como Paquete de Telecomunicaciones. En él se deslizan propuestas como estas:
"Organos de vigilancia más independientes que garanticen una reglamentación justa en beneficio de los consumidores. Muy a menudo las entidades reguladoras son aún demasiado afines al operador dominante, que en muchos países sigue siendo en parte propiedad del Estado. La reforma de las telecomunicaciones se propone fortalecer la independencia de los órganos nacionales de vigilancia, tanto respecto de los operadores como de los gobiernos.
Para llevar a la práctica la reforma de forma rápida y efectiva, la Comisión propone que se instituya una Autoridad Europea del Mercado de las Telecomunicaciones que permita que determinados servicios de comunicación de gran importancia (tales como el acceso a la banda ancha, la itinerancia de datos, la telefonía a bordo de aviones y naves y los servicios transfronterizos a las empresas), se ajusten a una reglamentación más coherente en los 27 Estados miembros."
Traducido lo anterior y combinado con el asunto del "mercado único", la propuesta que mañana se debatirá significa que las empresas proveedoras de servicios en la red podrán ofrecer paquetes de contenidos al estilo de las actuales compañías de televisión. Pongamos que estamos hablando de PRISA y su Digital Plus.
Nos encontramos ante la posibilidad de que se apruebe en el parlamento europeo, a muy pocas fechas para su disolución, un procedimiento que permitirá controlar los servicios que se ofrecen al usuario, lo que en la red puede significar que los proveedores de servicios tendrían la facultad de determinar qué páginas visitamos.
No es la primera vez que desde la UE se trata de restringir la libertad en la red. El último caso, muy reciente, es el de la cabeza de lista de los socialistas por Barcelona a las elecciones europeas, María Badía, autora de una iniciativa para que se regulen todos los blogs europeos. La europarlamentaria socialista propuso elaborar un censo de los autores de bitácoras donde figurara su adscripción política. el proyecto que se vota mañana no se aleja demasiado de sus pretensiones.
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