Desde el aborto hasta la PDD, toda la cobertura legal que permitirá al Gobierno inmiscuirse en la vida privada de los ciudadanos será aprobada mañana en el consejo de ministros.
REDACCION HO.- El consejo de ministros analizará mañana el anteproyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Con este proyecto, el Gobierno pretende proporcionar cobertura legal a todo el paquete de medidas radicales que quiere poner en marcha esta legislatura a través del Ministerio de Igualdad, al que ahora se ha sumado Sanidad.
Tras su paso por el consejo de ministros, el anteproyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo se enviará a la Fiscalía General del Estado y al Consejo General del Poder Judicial.
Para poner en marcha ese proyecto, que constituye la piedra del toque de la cultura de la muerte en España, el Gobierno organizó uno de sus habituales grupos de "expertos", todos ellos convencidos abortistas, a menudo empresarios o con intereses en el negocio del exterminio de seres humanos, y partidarios por tanto de las propuestas que se les presentaron.
Las conclusiones del grupo mencionado pasaron luego a una subcomisión parlamentaria, porque se trataba de alejar el debate de la calle y de amortiguar el ruido que los proyectos gubernamentales causaban. La subcomisión coincidió al cien por cien con las propuestas de sus predecesores.
"Expertos" y subcomisión se sumaron también a la intención del Gobierno de situar el aborto libre en el contexto de una operación de mayor envergadura cuyo fin es husmear bajo las sábanas de los ciudadanos, regular la actividad sexual de la población y, en definitiva, controlar su vida privada. A ese proyecto lo llaman Ley de Salud Sexual y Reproductiva.
El término es de uso habitual en la terminología abortista internacional, la que pretende desde los países occidentales el control demográfico del tercer mundo. Y en todos los casos camufla la destrucción de vida humana.
El aborto, la promoción de métodos inútiles para frenar pandemias como el sida (el preservativo, por ejemplo), o la destrucción de embriones humanos constituyen los pilares básicos (y únicos) sobre los que se sustenta la denominada "salud sexual y reproductiva".
Esta jerga sexista disfrazada de lucha por la igualdad de las mujeres se va a concretar en nuestro país en determinados proyectos que requerirán la aprobación del Congreso, y que tienen un incierto destino legislativo (el aborto libre y sin consentimiento familiar a partir de los 16 años), y en medidas que el Gobierno puede poner en marcha de manera inmediata.
Entre las segundas, el anteproyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva contempla el objetivo de prevenir embarazos no deseados, según las ministras encargadas del proyecto, mediante "la educación, la información y el acceso a los métodos anticonceptivos". En este ámbito se encuadra la dispensación de la denominada "píldora del día después" también entre menores, ya que su venta será libre.
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