lunes, 11 de mayo de 2009

COLOMBIANOS MARCHAN POR LA VIDA EN LOS TRES AÑOS DE DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO

Una iniciativa de la plataforma Unidos por la Vida
BOGOTÁ, lunes, 11 mayo 2009 (ZENIT.org).- "Estamos seguros de que el triunfo final pertenece a aquellos que creen la vida como una bendición y no como una maldición", aseguraron los miembros de la plataforma Unidos por la Vida, durante la Marcha por la Vida que se realizó el pasado viernes en Bogotá.
Más de 500 personas se congregaron ante el edificio de la Corte Constitucional de Colombia para rechazar la sentencia 355 que dio vía libre a la despenalización del aborto en este país en casos de violación, malformación del feto y peligro de muerte de la madre.
La Plataforma Unidos por la Vida agrupa a decenas de organizaciones pro vida que luchan por el respeto y la defensa de la vida humana desde el momento de la concepción. Igualmente, buscan dar protección a las madres en estado de indefensión y angustia durante su embarazo.
Colombianos que defienden la vida
Seis meses antes de que se despenalizara el aborto en Colombia, en noviembre de 2005, este movimiento hizo una gran manifestación para mostrar su rechazo por esta demanda de la Corte Constitucional.
Posteriormente se hicieron 4 millones de intervenciones ciudadanas ante este organismo del Poder Judicial colombiano, expresando el rechazo a la demanda que buscaba dar vía libre a la ley del aborto.
En abril de 2006 más de un millón de personas en Bogotá se movilizaron para marchar por la vida. Igualmente se efectuaron réplicas de esta marcha en las diferentes ciudades del país.
Cuando el 10 de mayo del 2006 la Corte Constitucional despenalizó el aborto, el movimiento no cesó sus actividades: "Estamos en pie de lucha para lograr que nuevamente el Estado proteja a los bebés por nacer y a sus madres", dijeron a ZENIT, los miembros de este movimiento.
Desde entonces, los colombianos se congregan ante el edificio de la Corte Constitucional, muy cerca al Palacio de Gobierno, cada 10 de mayo o un día cercano a esta fecha. El día de despenalización del aborto coincide con la celebración del Día de la Madre en este y varios países del mundo.
El pasado viernes también manifestaron su rechazo a la sanción a centros hospitalarios que, haciendo uso de la objeción de conciencia, se han negado a practicar abortos de manera legal.
Contrarrestar la mentalidad anti-vida
Según explicaron a ZENIT los miembros de la plataforma Unidos por la Vida, la despenalización del aborto en Colombia ha traído consigo una agresiva promoción de la mentalidad contraria a la vida en este país:
"Se ha manejado un bombardeo constante a través de los medios de comunicación para hacer ver el aborto como un derecho humano de la mujer, se ha endiosado la figura de las personas promotoras del aborto".
Aseguraron los miembros de este movimiento que esta campaña anti-vida "ha hecho creer que el aborto no sólo no se despenalizó sino que es plenamente legal y que los médicos, las instituciones de salud y además las instituciones educativas están en la obligación de promoverlo, pues de lo contrario incurrirían en acciones contra ley con las consiguientes sanciones penales".
No obstante, los miembros de este movimiento aseguran que las campañas pro aborto non han dado los resultados esperados:"El pueblo colombiano está cansado de la violencia y no ha recurrido al aborto como en teoría lo haría. Al parecer hasta el año pasado sólo se habían registrado 120 casos de aborto legal, muy lejos de los 400.000 que argumentaron existían en Colombia los promotores de este asesinato".
Aseguraron que para promover esta campaña se utilizan "muchos recursos económicos del exterior, y ahora del propio Gobierno, debido a que el Ministerio de Protección Social de este país ha gastado 4 mil millones de pesos colombianos en campañas pro aborto, es decir unos 2 mil millones de dólares".
Con estribillos y cantos que defienden la vida, en la marcha del pasado 8 de mayo, además de los miembros de la plataforma Unidos por la Vida, participaron miembros de grupos apostólicos católicos, estudiantes de colegios católicos, miembros de organizaciones no gubernamentales pro vida, y algunos grupos no católicos.
Por Carmen Elena Villa

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