La empresa organizadora, Encore Events, tendría que cerrar la exposición en 24 horas, o someterse al pago de 20 mil euros por cada día de retraso.
Dos asociaciones francesas de derechos humanos, Ensemble contre la peine de mort (ECPM) y Solidarité Chine (Juntos contra la pena de muerte y Solidaridad China), fueron las encargadas de promover el cierre de esta exposición.
Estas asociaciones opinan que la exposición es un atentado contra la dignidad humana, sobre todo tras la aparentemente utilización de cuerpos de personas que fueran condenadas a la pena de muerte.
Los organizadores apelan al carácter científico y pedagógico de la exposición; sin embargo, las leyes y el juez en cuestión, no dicen lo mismo: “La detención privada de cadáveres es ilícita”, “los cadáveres tienen en primera instancia la vocación de ser inhumados o incinerados, o destinados a colecciones científicas de personas morales o de orden público”; “el espacio asignado por ley para un cadáver es el cementerio”.
Por otro lado, el juez afirma que “la comercialización de cuerpos para su exposición es un atentado manifiesto al respeto que se les debe a los cadáveres”, y por lo tanto, su “carácter pedagógico no justifica la ilegalidad manifiesta”.
La historia de esta exposición o este tipo de exposiciones es larga. Comenzó en 1995 en Japón, y ha estado presente en diversos países. Aquí mismo, en Francia, ya fue presentada con éxito en Lyon y Marsella.
Ha reportado unos 30 millones de visitantes en el mundo. En París se tenía prevista su duración hasta el 10 de mayo en “La Madeleine”, para después instalarse en el Parque Floral, en la periferia parisina.
Sin embargo, un sector de la opinión pública se ha incomodado por la utilización de verdaderos cuerpos humanos para una exposición, que antes de los fines pedagógicos, opinan, tiene fines económicos, ya que la entrada a la exposición es de 15.5 euros, es decir, unos 270 pesos.
Para otros, es una oportunidad de conocer el cuerpo humano tal cual, y por lo tanto, penetrar a espacios antes reservados para la medicina o la ciencia.
La exposición ya había sido rechazada para su presentación en el Museo del Hombre y en la Ciudad de las Ciencias de París. El Comité Consultivo Nacional de Ética dijo entonces que el manejo de los cadáveres con fines científicos, debe realizarse en marcos muy precisos y claros.
De igual manera la irregularidad en la obtención de los cuerpos fue, sin duda, un aliciente para su negativa.
Encore Events, empresa encargada de la exposición, dice que los cuerpos provienen de donaciones voluntarias de las antes vivas piezas expuestas, con fines científicos (lo cual no es lo mismo que ser expuestos en museos necesariamente, creo).
El Comité de Ética respondió que aún en caso de consentimiento, no se pueden manejar de esa manera a los cadáveres. “¿Qué quiere decir, además, el consentimiento de un chino, cuando todos conocemos cómo se viven los derechos humanos en ese país?”, agrega el comité, cuyos representantes se preguntan cuál sería la reacción si los cuerpos fueran franceses.
Esta controvertida exposición tiene planes de instalarse en Alemania y España, entre otros países.
Lucero Velasco
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