lunes, 6 de abril de 2009

EL HOMOSEXUALISMO POLÍTICO GANA TERRENO: SUECIA Y EL ESTADO DE IOWA APRUEBAN LAS BODAS GAYS

Diccionarios británicos excluyen entradas cristianas y amplían el significado de matrimonio a las uniones entre homosexuales
El Parlamento sueco y el Tribunal Supremo de Iowa han legalizado el matrimonio entre homosexuales, lo que constituye dos ejemplos más de que el homosexualismo político gana terreno. Los parlamentarios suecos aprobaron la nueva ley que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo por 261 votos a favor y 22 en contra. De esta forma desaparece la antigua normativa de parejas de hecho, vigente desde 1995.
La ley que entrará en vigor el próximo 1 de mayo demorará su aplicación en las iglesias hasta el año que viene. La Iglesia Nacional Luterana no se posicionará hasta el próximo otoño.
La cristianodemócrata Yvonne Andersson incidió en la necesidad de respetar el significado religioso del matrimonio como una unión entre un hombre y una mujer y manifestó que desde su grupo parlamentario se quiere “salvar el matrimonio”:
Asimismo el estado de Iowa en Estados Unidos ha recibido la noticia de que la Corte Suprema ha fallado por unanimidad ampliar la definición legal de matrimonio incluyendo parejas del mismo sexo. Iowa es el tercer estado que legaliza las uniones entre homosexuales en Estados Unidos después de que lo hicieran Connecticut y Massachussets.
La Corte ubicada en Des Moines afirma que “la legislación ha excluido históricamente a desfavorecidos de la institución civil sin una justificación constitucional suficiente”. Asimismo alega que “su deber constitucional de garantizar la igualdad de protección de la ley” requiere que la definición tradicional de matrimonio cambie ya que “viola la Constitución”.
Los diccionarios introducen criterios ideológicos
Uno de los diccionarios más populares del mundo en idioma inglés, el Merriam-Webster, ha cambiado la definición de la palabra matrimonio para incluir una acepción que contenga a parejas del mismo sexo como matrimonio. En la nueva edición se puede leer la acepción siguiente: “El estado de estar unidos a una persona del mismo sexo en una relación como la de un matrimonio tradicional”.
El diccionario sigue ofreciendo como primera definición “el estado de estar unidos a una persona del sexo opuesto como marido o esposa en una relación contractual de consenso y reconocido por la ley”.
Desde la editorial se declinó hacer declaraciones al respecto pero un lector contactó con la empresa para informarse sobre este tema y recibió la siguiente repuesta del editor asociado, Kory Stamper: “A menudo oímos que algunas personas creen que estamos promoviendo un programa social o político cuando tomamos decisiones sobre lo que las palabras deben incluir en el diccionario y cómo deben definirse”.
Stamper añadió: “Hemos escuchado las críticas de todas las partes del espectro político. Nos sentimos preocupados cuando en uno de nuestros diccionarios una entrada –o una omisión de la misma- se considera ofensivo o perturbador, pero no podemos permitir que tales consideraciones nos desvíen de nuestro principal trabajo como lexicógrafos”.
Cabe preguntarse si no es introducir un criterio ideológico el hecho de que un diccionario de inglés defina el matrimonio como la posibilidad de una unión homosexual cuando en los países tradicionalmente de habla inglesa como Reino Unido, la India y hasta hace poco en Estados Unidos no se contemplan las uniones entre homosexuales.
Otro incidente similar fue el protagonizado por el Diccionario Inglés de Oxford el diciembre pasado que retiró palabras asociadas con la cultura cristiana tradicional a pesar de las críticas. El diccionario también retiró palabras asociadas a la monarquía y la historia británica. “obispo”, “capilla”, “monarca”, “abadía” o “imperio” fue algunas de las palabras que el diccionario retiró de su nueva edición.

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