lunes, 23 de noviembre de 2009

MATRIMONIO GAY: UN EXTRAÑO CASO DE ILEGALIDAD

La Plata (Buenos Aires), 23 Nov. 09 (AICA)
El matrimonio es “una institución al servicio de la sociedad: el varón y la mujer que se casan constituyen una célula de esa sociedad que tiene como fin principalísimo la comunicación de la vida. Todas estas realidades no pueden verificarse, obviamente, en el caso de la unión de dos personas homosexuales”, expresó el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, en su mensaje televisivo del fin de semana en el que se refirió al fallo de una jueza porteña que ordenó al Registro Civil casar a dos personas del mismo sexo luego de hacer declarado la inconstitucionalidad de los dos artículos del Código Civil que lo impedían.
Tras advertir que “se pretende alterar la realidad del matrimonio y la familia en función de una ideología”, sostuvo que “la petición de los pretendidos esposos y la concesión de la jueza porteña va contra la naturaleza de las cosas. Va también contra la razón y contra el sentido común”. Asimismo, calificó de “desubicado” el pronunciamiento del Jefe de Gobierno Mauricio Macri, quien había hablado de “salvaguardar el derecho de cada persona a elegir libremente con quién formar pareja y ser feliz”. Al respecto, el pastor platense manifestó: “¿Quién le impide a nadie elegir a quien se le ocurra para formar pareja y ser feliz con ella? Pero que a eso se llame matrimonio es otra cosa”.
“Lo que está en juego aquí -subrayó- es la realidad natural del matrimonio, la institución del matrimonio y, por tanto también, la familia, que es una pieza clave en la organización de la sociedad. Se ve claro que la unión civil que ya se había aprobado en la Ciudad de Buenos Aires para personas del mismo sexo era sólo un primer escalón en este avance con el que se quiere llegar a la completa adulteración del orden familiar”.
Por último, tras denunciar que “lo que se está buscando es la destrucción de la familia”, llamó a “manifestarse con toda claridad”, para lo cual “debemos formarnos una recta opinión acerca del asunto, y difundirla también para que no prevalezca el coro de diputados ideologizados y grupos de presión que intentan alterar el orden jurídico con medidas ilegales que se oponen a la Constitución Nacional y al orden natural de la sociedad”.
“Aquí no hay una cuestión de discriminación. Nadie discrimina a nadie. Aquí lo que hay que salvaguardar es la realidad natural e institucional del matrimonio como fuente de la familia, sin la cual no puede haber una sociedad digna del hombre”, concluyó.