miércoles, 11 de noviembre de 2009

LA HOMOSEXUALIDAD NO NACE, SE HACE; LO VIVIDO EN LA INFANCIA INFLUYE, SEGÚN UN INFORME

Un estudio a partir de dos millones de personas ya señalaba en 2006 que las experiencias familiares en la infancia influyen en la orientación sexual. (Publicado el 11 de diciembre de 2006)
El estudio se publicó en el número de octubre 2006 de la revista Archives of Sexual Behavior, a partir de los datos de dos millones de personas nacidas en Dinamarca entre 18 y 49 años. Dinamarca, un país tolerante con todo tipo de estilos de vida alternativos, fue el primer país en legalizar las uniones homosexuales y tiene completas estadísticas de uniones del mismo sexo desde 1989.
Un problema de muchos estudios sobre orientación sexual era la selección de la muestra. En este caso, la selección incluyó a la inmensa mayoría de la población adulta danesa, así que no fue una muestra sesgada, sino enormemente significativa.
“Nuestro estudio aporta evidencia prospectiva, basada en población, de que las experiencias familiares infantiles son determinantes importantes de las decisiones de matrimonio homosexual y heterosexual en la vida adulta”, decían los autores del estudio.
El estudio asume que las personas en uniones del mismo sexo son homosexuales, y que los matrimonios heterosexuales son de personas heterosexuales (es un país muy tolerante donde estas uniones llevan más de 18 años vigentes).
Las correlaciones observadas son:
1 – Los hombres que “se casan” con otros hombres tienen más posibilidades de haberse criado en una familia con relaciones parentales inestables (padres ausentes, desconocidos o divorciados).
2- También en las uniones lesbianas se observa una relación con infancia marcada por una familia rota. Se dan especialmente en mujeres “que experimentaron la muerte materna durante la adolescencia, matrimonios cortos de los padres y mujeres que vivieron con sus padres con ausencia de la madre de larga duración”.
3- Hombres y mujeres de “padres desconocidos” tenían menos posibilidades de casarse con alguien del sexo opuesto que sus equivalentes de padre conocido.
4- Los hombres que experimentaron la muerte de su padre durante la infancia o adolescencia “tenían índices de matrimonio heterosexual significantemente más bajos que aquellos que tenían ambos padres vivos en su 18º cumpleaños. Cuanto más joven moría el padre, menos posibilidad de matrimonio heterosexual”.
5- Los índices de matrimonios homosexuales eran un 36% (para hombres) y un 26% (para mujeres) más altos entre aquellos que vivieron el divorcio de sus padres cuando llevaban menos de 6 años casados que entre aquellos cuyos padres estuvieron casados los 18 años de su infancia y adolescencia.
6 – Los hombres cuyos padres se divorciaron antes de su 6º cumpleaños tenían un 39% más de posibilidades de casarse con otros hombres que los hijos de matrimonios intactos.
7- Los hombres cuya cohabitación con ambos padres acabó antes de los 18 años tenían entre un 55% y un 76% más posibilidades de casarse con otros hombres que los hombres que vivieron con sus padres hasta los 18 años.
8- Ser hijo único aumenta el riesgo de ser homosexual. También lo aumenta la edad de la madre: a más edad de la madre, más posibilidad de unión homosexual en los hijos.
9- Los nacidos en ciudades grandes tenían mayor posibilidad de unirse a una persona del mismo sexo.
"Cualesquiera que sean los ingredientes que determinan las preferencias sexuales y maritales de una persona”, decían los investigadores, “nuestro estudio basado en población muestra que las interacciones parentales son importantes”.
El estudio es: "Childhood Family Correlates of Heterosexual and Homosexual Marriages: A National Cohort Study of Two Million Danes," por Morten Frisch y Anders Hviid, publicado en Archives of Sexual Behavior, 13 de Octubre 2006.
Hay más estudios e investigaciones sobre los factores que influyen en desarrollar una atracción por el mismo sexo (en inglés) en: http://www.narth.com/index.html

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