jueves, 12 de noviembre de 2009

GUATEMALA: LLAMAN A LA RESISTENCIA EN DEFENSA DEL ORDEN NATURAL

“!Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal,
que dan oscuridad por luz y luz por oscuridad!”,
(Isaías 5, 20)

Cardenal Quezada: “cada insulto que recibo es para mí una condecoración”
El pasado 5 de noviembre, el episcopado guatemalteco denunció enérgicamente el Reglamento de la Ley de Acceso Universal y Equitativo de servicios de planificación familiar y de su integración en el programa de salud reproductiva, sancionado por decreto por el presidente Alvaro Colom. Los obispos encabezan el comunicado con las palabras del profeta Isaías, “!Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal!”
En el comunicado -firmado por el Cardenal Rodolfo Quezada Toruño, arzobispo de Santiago de Guatemala y Mons. Víctor Hugo Palma Paúl, obispo de Escuintla y encargado de la Comisión de Pastoral Educativa de la Conferencia Episcopal- los obispos denuncian que el decreto tiene irregularidades conceptuales, pues no define palabras básicas como "género", "poblaciones postergadas" y "barreras médicas".
Además, dicen los obispos, la nueva legislación incurre en inconstitucionalidades evidentes, pues establece contenidos de educación sexual para menores de 7 a 9 años y de 10 a 12 años, los cuales violan la libertad de enseñanza, como derecho de los padres y como derecho de los establecimientos educativos.
Por último, el comunicado de la Conferencia Episcopal, pone en evidencia la corrupción que podría derivarse de que las mismas ONG que promueven el programa pueden ser proveedoras de elementos anticonceptivos, por ejemplo, la Asociación Pro Bienestar de la Familia de Guatemala (APROFAM). APROFAM recibe fondos y material de la IPPF, la internacional del aborto y la corrupción de menores; de la USAID; de la Pathfinder Foundation; del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA); de la Organización Panamericana de la Salud (OPS); de la Organización Mundial de la Salud (OMS), etc.
Concluye el comunicado de los obispos diciendo: “Por estos y varios defectos de orden jurídico, médico y sobre todo pedagógico que confluyen todos en el aula la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal hace un llamado a la conciencia de los padres de familia, y de los educadores y educadoras de todos los niveles de la Sociedad guatemalteca para reflexionar la inviabilidad de dicho Reglamento. Como se ha dicho, la misma Ley a la que sirve ese Reglamento constituye una falla legal al despreciar los legítimos derechos familiares al acceso de conocimiento y decisión de los Padres de Familia -parte fundamental de la comunidad educativa- sobre los contenidos de la educación de sus hijos e hijas. El ‘analfabetismo humanístico y pedagógico’ que sustenta la Ley y el Reglamento que la sirve, doblegando la Educación Nacional a la presión desinformativa y parcial de grupos interesados, hace revivir hoy el lamento del profeta Isaías: ¡Ay de los que llaman al bien mal! aplicable a quienes falsifican la defensa del bien y de la verdad con lenguajes ambiguos de ‘justicia, salud y educación’ pero atentan en el fondo contra la vida y la dignidad de la persona humana”.
Al presentar el comunicado el Cardenal Rodolfo Quezada Toruño hizo una apasionada defensa del orden natural, “anterior a cualquier legislación positiva”, destacando “la obligación del estado de no atropellar el derecho natural de los padres de familia”, que es inviolable. Después de llamar a la resistencia contra el reglamento, Quezada Toruño concluyó diciendo, “cada insulto que recibo es para mí una condecoración”, haciendo referencia a la polémica suscitada por la oposición de la Conferencia Episcopal a los programas totalitarios del gobierno. FIN, 10-11-09
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