LA HABANA, 25 Jun. 08 / 08:35 pm (ACI).- A través de la revista Palabra Nueva, la Arquidiócesis de La Habana cuestionó que se promueva la homosexualidad en la isla, con medidas gubernamentales que incluyen autorizaciones para cambios de identidad en documentos, operaciones de cambio de sexo y la eventual legalización de las uniones homosexuales.
El Arzobispo de La Habana, Cardenal Jaime Ortega, dedicó una nota en la última edición de la publicación titulada "Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales".
El Purpurado aplaudió "los esfuerzos por humanizar la vida social" cubana condenando la "homofobia" pero cuestionó las campañas que van "más allá de combatir el rechazo o el maltrato a las personas homosexuales, para entrar en tópicos acerca del homosexualismo que, con pretensiones científicas a veces, o recurriendo al llevado y traído tema de los ‘derechos humanos’, han levantado debates y suscitado posturas antagónicas en los estados del primer mundo, que pudieran ser ubicados bajo el inflijo de una vieja ideología liberal sustentadora del ‘todo vale’, que exalta la libertad individual hasta cotas inaceptables".
"Comprendo que resulta difícil sustraerse al influjo de esos centros de poder. Cuba lo ha hecho y lo hace en otros ámbitos, pero en este tema muchos de los fieles de nuestras comunidades se sintieron sorprendidos y disgustados y nos pidieron una palabra nuestra, de la Iglesia, sobre el probable reconocimiento legal de las uniones homosexuales, la eventual adopción de niños por esas parejas o la orientación dada a los padres de familia y aún a los preadolescentes y adolescentes acerca de la preferencia sexual escogida libremente por cada niño o niña", advirtió.
En la misma edición, el director de Palabra Nueva, Orlando Márquez, publicó un artículo titulado "¿Llegamos o nos pasamos?" en el que recoge el malestar de muchos cubanos por la difusión en la televisión estatal del filme Brokeback Mountain –sobre dos vaqueros homosexuales– y la promulgación de una resolución del Ministerio de Salud Pública que autoriza los cambios de sexo a quienes sean diagnosticados como transexuales.
"La actual campaña desde las alturas gubernamentales tiene más bien la apariencia del desagravio, porque fue precisamente después de 1959, con el propósito del ‘hombre nuevo’, que la homofobia se impuso a base de carros jaula, prisión, trabajos agrícolas y la ‘invitación’ a emigrar. Bien por el desagravio y el respeto, pero hay un peligro si de la campaña por el respeto se pasa a la promoción y a la presentación de la homosexualidad como algo ‘normal’, máxime si tal campaña se comienza a lanzar desde las tempranas edades de nuestros niños y adolescentes", indicó Márquez.
Asimismo, pidió "respeto a la persona homosexual sí, promoción de la homosexualidad no. Caminamos por el filo de la navaja cuando, desde las mismas instituciones estatales, se promueven programas que pueden socavar los fundamentos de la sociedad. La conducta homosexual no es nueva, pero la agenda internacional que promueve desde todos los niveles el homosexualismo sí".
"Respeto a la persona homosexual, por su condición de persona, sí; convertir el programa en una prioridad del Estado cuando hay otras urgencias", señaló el periodista y agregó que "quizás ya hemos tocado fondo con la aprobación de las operaciones de cambio de sexo y de identidad".
Según informaron varias agencias de prensa, esta campaña a favor de la homosexualidad ha sido impulsada por la sexóloga Mariela Castro, hija del presidente Raúl Castro y directora del Centro Nacional de Educación Sexual.
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