Susan Yoshihara
Nota de VHI: En nuestro boletín del 30 de julio (2008), publicamos la segunda parte de una reseña sobre un libro, recientemente publicado, que denuncia al movimiento internacional del control demográfico y del aborto. El tema del segundo artículo fue cómo EEUU y la ONU inventaron la “explosión” demográfica. Hoy publicamos la tercera parte de esa reseña de la misma autora, miembro de la organización provida C-Fam, cuyos datos suministramos al final de este artículo. Debemos señalar que Matthew Connelly, el autor del libro reseñado, está a favor de los “derechos reproductivos” (eufemismo que se utiliza para encubrir los anticonceptivos, incluyendo los que son abortivos, y el propio aborto quirúrgico). Connelly incluso critica a la Iglesia en ciertas partes de su obra. Sin embargo, es significativo que haya escrito un libro que denuncia uno de los genocidios más grandes de la historia.
(C-FAM – NUEVA YORK). Un nuevo libro, cuyo autor es Matthew Connelly, profesor de historia de la Columbia University, documenta la manera en que los líderes de la “salud reproductiva” del Fondo de la ONU para la Población (UNFPA, por sus siglas en inglés), tomaron el poder. Estos líderes denunciaron los abusos del movimiento del control demográfico, pero luego apoyaron programas aún más amplios y más coactivos.
En 1973, veinte años después de establecer formalmente el control demográfico global, los líderes del movimiento creyeron que éste se les estaba saliendo de las manos. Los medios informaron acerca de las campañas de esterilización en la India y otros países. Estas campañas estaban fuera de control y hubo un clamor popular en contra de ellas. Ante esta mala publicidad, a John D. Rockefeller lo convencieron para que cambiara el slogan del movimiento del control demográfico. En vez de llamarse la “guerra” contra la población; de ahora en adelante se le conocería como una campaña a favor de los “derechos” de las mujeres. De manera similar, el Comité para la Crisis Demográfica, del General William Draper, de EEUU, patrocinó la plataforma para la “unidad feminista” en la Conferencia sobre la Población Mundial, que tuvo lugar en Bucarest en 1974.
Según Connelly, los promotores de los “derechos reproductivos” se aprovecharon de las protestas contra el control demográfico comenzando con la conferencia de Bucarest, y luego lograron apoderarse gradualmente del movimiento, consumando ese control alrededor de la época en que se llevó a cabo la Conferencia sobre Población de la ONU, en El Cairo en 1994. Connelly cree que el énfasis feminista en el “derecho” al aborto fue esencialmente un regreso de este movimiento a la ideología original a favor de la eugenesia de Margaret Sanger. Según esa ideología, las mujeres pobres necesitaban que el gobierno les financiara el control de la natalidad y el aborto, porque no se les podía permitir que tomaran decisiones por sí mismas acerca de su fecundidad.
También según Connelly, fue por esta razón que el UNFPA y la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, por sus siglas en inglés), apoyaron la política de un solo hijo por familia del gobierno chino con “ojos bien abiertos” desde su comienzo en 1980. “A medida que la IPPF y el UNFPA amentaban su apoyo, el programa chino se volvía cada vez más coactivo”, dice el historiador citando informes de testigos oculares que presenciaron a mujeres “que fueron esposadas, atadas con cuerdas o colocadas en contenedores para cerdos”, al mismo tiempo que “cientos de fetos llegaban a la morgue todos los días”. Los funcionarios de la IPPF, “imperturbables” ante los informes, les aseguraron a los benefactores que las políticas del gobierno chino no eran obligatorias, aún durante una campaña que dio como resultado – sólo en 1983 – que 16 millones de mujeres y 4 millones de hombres fueran sometidos a esterilizaciones forzosas, que a 18 millones de mujeres les colocaran obligatoriamente [el abortivo y dañino] DIU y que se cometieran 14 millones de abortos debido a “embarazos no autorizados”. Connelly dice que la IPPF y el UNFPA ni siquiera emitieron “un recurso pro forma para evitar la coacción –algo que había sido estándar en anteriores campañas”, y el personal de alto nivel del UNFPA arguyó en contra de “una interpretación muy estrecha del voluntarismo”.
Ese mismo año, el UNFPA otorgó su primer Premio de Población al arquitecto del programa de un solo hijo por familia del gobierno chino, el general Xinzhong Qian, que había sido entrenado por los soviéticos. La co-ganadora fue Indira Gandhi, cuya re-elección como primera ministra de la India fue obstruida por la indignación popular que causaron las abusivas políticas demográficas de su gobierno. El Secretario General de la ONU, Pérez de Cuellar, les expresó a los ganadores del premio su “profundo reconocimiento” por “disponer los recursos necesarios para implementar las políticas de población a gran escala”.
Connelly concluye que el movimiento del control demográfico no fue simplemente brutal e innecesario, ya que las tasas de fertilidad habían descendido en países con o sin programas de control de población. El historiador de la Columbia University escribió el libro con la esperanza de que su relato acerca del primer movimiento transnacional del mundo, haría que los lectores se volvieran escépticos respecto de otros movimientos a favor de ejercer algún tipo de gobierno global. Al no tener que responder a la gente ni por sus decisiones ni por sus acciones, dice, también los líderes de nuevos movimientos de similar naturaleza, pueden causar un gran sufrimiento a la humanidad con el presunto motivo de hacer del mundo un lugar mejor donde vivir.
Fuente: Susan Yoshihara, PhD, “New Book Cites US and UN-Manufactured Scares over Population Growth – Part III: “Feminist ‘Reform’ Makes Population Control More Coercive ”, Friday Fax, Vol. 11, No. 32, 24 de julio del 2008. C-FAM, Catholic Family & Human Rights Institute, New York – Washington, DC, http://www.c-fam.org/. Editor en Jefe: Austin Ruse.
C-FAM fue fundada por HLI. Luego se convirtió en una organización independiente, que ha continuado su excelente labor de defender la vida y la familia, por medio de observar e investigar lo que acontece en la ONU y darlo a conocer a todos los interesados. El “Friday Fax” es su principal boletín electrónico semanal.
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