viernes, 8 de agosto de 2008

¿EN QUÉ VA LA INVESTIGACIÓN PARA LA VACUNA DEL SIDA?

Tras grandes decepciones, los ensayos no se harán en humanos sino en el laboratorio. Anthony S. Fauci, autor del cambio, participó en Conferencia Mundial en México
Tras grandes decepciones, la investigación sobre el SIDA en Estados Unidos está abandonando en gran parte los ensayos clínicos humanos, y regresa a la básica, de laboratorio, en la búsqueda de una vacuna, dijo un reconocido experto estadounidense.
Anthony S. Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés), quien durante la mayor parte de su vida profesional ha investigado el virus del VIH, causante del SIDA, anunció con otros colegas este cambio radical, en un artículo publicado en la revista Science.
En entrevista previa a la publicación, Fauci dijo que su instituto –que recibe fondos federales– “acelerará motores” para determinar cómo identificar y crear anticuerpos contra la enfermedad sin causar una infección.
“El énfasis estará ahora en mejorar el modelo primate no humano”, indicó Fauci. “Debemos responder a: ¿cuál es el mejor modelo animal que podemos perfeccionar?, y ¿por qué el organismo no logra neutralizar los anticuerpos en una infección natural?”.
Al mismo tiempo, tras reiteradas desilusiones en ensayos clínicos humanos de vacunas que hubieran funcionado de manera menos convencional, la investigación con fondos estadounidenses pondrá menos énfasis en el desarrollo de las inmunizantes celulares.
Giro de perilla
“No es que suspendamos por completo y realicemos un giro de 180 grados, pero vamos a torcer o girar la perilla en el sistema, más bien hacia preguntar y responder algunas de las preguntas fundamentales que no hemos sido capaces de contestar hasta ahora”, señaló el experto.
El cambio de óptica se produce tras una intensa discusión en la comunidad de investigación del VIH/SIDA, y una semana después de que Fauci decidiera cancelar la fase de prueba de una vacuna experimental conocida con el nombre de PAVE (Partnership for AIDS Vaccine Evaluation), similar a una producida por la farmacéutica estadounidense Merck, que fue probada y cuyo estudio clínico fue suspendido en septiembre de 2007.
Se calcula que en todo el mundo 33.2 millones de personas viven con VIH/SIDA y que al menos 25 millones murieron por esta enfermedad transmitida por vía sexual, sangre infectada o durante el embarazo, el parto o la lactancia, de una madre infectada a su hijo.
La Conferencia Internacional sobre el SIDA se celebró entre el 3 y el 8 de agosto en la Ciudad de México. Hoy concluye el evento, y Fauci, quien asistió a esta bienal, tuvo palabras poco reconfortantes sobre reducir las expectativas a niveles realistas.
“Debemos entender cuán difícil es la situación y no esperar que mañana iniciemos un amplio ensayo clínico con una vacuna y que obtengamos la respuesta en pocos años”, dijo. “Es extremadamente improbable que eso ocurra”.
Las esperanzas sobre la vacuna de Merck, así como la de PAVE, del NIAID, aumentaron hace dos años, justamente antes de la conferencia pasada, cuando comenzaban a acercarse a la prueba en humanos.
Junto con la VaxGen, cuyos experimentos fracasaron en Tailandia en 2003, en años recientes las investigaciones se centraron en hallar alternativas a los métodos más familiares.
La PAVE y el producto de Merck buscaron causar una respuesta inmune celular que programe las células T del organismo a buscar y destruir las infectadas con VIH. El objetivo era reducir la carga viral en el cuerpo, el avance de la enfermedad, y el potencial de contagio, sin esperar que el virus fuera eliminado del todo.
Pero las pruebas demostraron que las vacunas no fueron efectivas, y en algunos casos hasta aumentaron el riesgo de infección entre las personas expuestas a sangre o semen que contenían el virus.
Virus engañoso
El acercamiento tradicional a las vacunas, mediante el virus vivo, para inducir la producción de anticuerpos y en consecuencia una verdadera inmunidad sin causar el mal, por el momento no funcionó con el VIH, porque el virus tiene sorprendente capacidad de mutación y de “engañar” al sistema inmune.
El objetivo al que dio nuevamente vigor Fauci, que según dijo no cambió desde que comenzó las investigaciones sobre el VIH, en 1984, es descifrar ese código e “identificar la parte del virus que actualmente es capaz de inducir un anticuerpo (ampliamente) neutralizante”.
Entre las claves del misterio hay algo que Fauci denomina los “correlatos de inmunidad” en infecciones de virus normales. Esto se refiere a los anticuerpos que pueden ser probados y que indicarían inmunidad, por ejemplo, a gripe, rubéola o sarampión.
Sin embargo, en el caso del VIH la presencia de anticuerpos no protege contra la enfermedad. Ésta es la causa por la cual la búsqueda sigue siendo de un correlato que neutralice una amplia variedad de VIH.
Fauci –quien maneja entre 500 y 600 millones de dólares de fondos públicos estadounidenses, o alrededor de 80 por ciento del dinero invertido en investigaciones y de ensayos clínicos de vacunas en todo el mundo– es inflexible en relación con el regreso a la investigación básica y la reducción de pruebas en humanos.
“No se va a ver gran cantidad de esos ensayos muy amplios, hasta tanto no entendamos mucho más acerca de cosas como los correlatos de inmunidad, que son actualmente una gran caja negra”, sostuvo. “El cambio filosófico fundamental es hacia un enfoque de descubrimiento, no de desarrollo”.
Como parte de un esfuerzo renovado, el instituto de Fauci ofrece nuevos fondos para la investigación del VIH con la esperanza de atraer científicos jóvenes que no tienen un pensamiento encasillado y buscan trabajo “innovador, de alto riesgo, de alto impacto”, según documentos del NIAID sobre nuevos programas.
“Quisiéramos incorporar y aprovechar personas nuevas, investigadores jóvenes que no tienen una idea preconcebida”, finalizó.

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