sábado, 23 de agosto de 2008

EL MATRIMONIO HOMOSEXUAL: UBICANDO LA CUESTIÓN

Por Richard McCord
WASHINGTON, sábado, 23 agosto 2008 (ZENIT.org).- Publicamos el artículo que ha escrito Richard McCord, director ejecutivo del Secretariado para los Laicos, la Familia y la Juventud de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, en el contexto del debate social provocado por la campaña presidencial estadounidense.
McCord tiene una maestría en el Princeton Theological Seminary y un doctorado en educación por la Universidad de Maryland.
El matrimonio homosexual es una cuestión importante que necesita debatirse y lo más importante en esa discusión es el marco de referencia.
En Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles, los obispos de Estados Unidos urgen a las personas a que estudien los temas antes de ir a votar en las próximas elecciones.
Un aspecto del tema es si a las personas homosexuales se les debería permitir casarse entre ellas. Pero el punto central tiene que ver con la naturaleza y los propósitos del matrimonio como una estructura social fundamental y una institución civil. Primeramente, no se trata de una cuestión de derechos civiles, o de discriminación, o de lograr la completa emancipación de las personas homosexuales, ni tampoco de dar estabilidad a un estilo de vida.
La postura católica no empieza con la teología sacramental, las enseñanzas morales y los pasajes de la Biblia. Empieza con lo que puede observarse en la naturaleza y el comportamiento humano y en lo que podemos deducir usando nuestra razón. Esta es la posición de la ley natural.
Uno no necesita tener fe religiosa para ver que el matrimonio es una relación única entre un hombre y una mujer. Lo que define esta relación es el hecho de que se trata de una sociedad basada en la complementariedad sexual. Ésta hace posible la realización de los dos fines equivalentes del matrimonio: el amor mutuo entre esposos y la procreación de los hijos. Ninguna otra relación humana, sin importar cuánto amor o cariño haya ni cuán generadora sea, puede adjudicarse este propósito ni cumplirlo.
El matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. Esta verdad puede ser descubierta por la razón humana. Está escrita en la ley de la naturaleza y en el lenguaje del cuerpo y del espíritu humano. Es una verdad enaltecida desde el principio de los tiempos. La enseñanza de la Iglesia comienza con esta verdad.
Dado que el matrimonio es una estructura social fundamental basada en la naturaleza humana, ni la Iglesia ni el estado pueden cambiarla en lo fundamental. El matrimonio, y la familia que éste produce, es una sociedad que precede a todas las demás sociedades. Es una institución que no poseemos, sino que hemos recibido. Esto no significa que la Iglesia y el estado no puedan regular el matrimonio, por ejemplo poniendo límites de edad mínima, pero sí significa que no somos libres de alterar su estructura básica.
El matrimonio de un hombre y una mujer hace una contribución única a la sociedad. Es el patrón fundamental para las relaciones entre hombre y mujer. Es el modelo de la manera en que las mujeres y los hombres viven de forma interdependiente y se comprometen, para toda la vida, a buscar el bien del otro. La unión también sirve al bien de la sociedad. De ella emana la siguiente generación al proporcionar la familia las mejores condiciones para criar a los hijos, esto es, la relación amorosa y estable de un padre y una madre presente sólo en el matrimonio. Otras relaciones pueden contribuir al bien común, pero no realizan en un sentido completo lo que hace el matrimonio.
¿Debería haber matrimonio entre personas del mismo sexo? La Iglesia católica enmarca esta cuestión en términos de la naturaleza del matrimonio y de su contribución al bien común. Como resultado, la Iglesia concluye que el matrimonio entre personas del mismo sexo es, por definición, algo imposible, una contradicción.
Algunas personas buscan localizar la cuestión dentro del marco de los derechos individuales y la justicia. La enseñanza católica afirma la dignidad de las personas homosexuales y pide que sean tratadas con respeto. Esto significa, entre otras cosas, que el estado puede crear leyes para proteger los derechos de estas personas y para proporcionarles beneficios sociales. Algunos ejemplos incluyen medidas para asegurar el acceso a puestos de trabajo, vivienda, cuidado médico, derecho a tener propiedad en común y la potestad de tomar decisiones médicas por la otra persona.
Existen beneficios y derechos que deben estar garantizados para cada persona. Pero el remedio para casos específicos de injusticia - falta de beneficios o de derechos-no puede ser una injusticia aún mayor, es decir, cambiar la definición del matrimonio.
El matrimonio está dirigido al servicio del bien común, no a proporcionar derechos y beneficios dentro de esa relación. No es, pues, necesario ni incluso deseable alterar una estructura social fundamental para proteger los derechos individuales y otorgar a todos los ciudadanos sus legítimos beneficios sociales.
El asunto del matrimonio entre personas del mismo sexo debe entenderse como una cuestión sobre el matrimonio tal como ha sido recibido del Creador y subsecuentemente recibido de cada generación a través de la historia. Percibirlo como una cuestión de justicia para las personas homosexuales supone ubicar la conversación en el lugar equivocado.
United States Conference of Catholic Bishops

15 comentarios:

Anónimo dijo...

APOYO AABSOLUTAMENTE EL MATRIMONIO HOMOSEXUAL Y LA ADOPCIÓN DE NIÑOS POR PAREJAS DE HOMOSEXUALES-
OJALÁ MUCHAS PERSONAS SE SUMEN A ESTO- UN SALUDO

Anónimo dijo...

Creo que debemos recordar que hay una diferencia entre "Derecho al niño" (de cualquier manera) y "Derechos DEL niño". Esto último es lo correcto. La Conveción de los Derechos del Niño, de jerarquía constitucional, nos recuerda el concepto fundamental de velar por el "INTERES SUPERIOR DEL NIÑO".Estamos en un período en donde nos importa "nada"! lo que digan las normas...total, para qué fueron escritas...¿no? PENSEMOS EN LOS MENORES POR FAVOR!

Anónimo dijo...

A LAS NORMAS LAS ESCRIBIERON "PERSONAS" CON LOS ERRORES NORMALES QUE COMETEMOS LAS "PERSONAS"
POR SUERTE LOS ERRORES PUEDEN REPARARSE Y SE PUEDEN MEJORAR LAS "NORMAS"
POR SUERTE LOS TIEMPOS CAMBIAN Y LAS MENTES SE ABREN-
CONOZCO MUCHAS PAREJAS DE HOMOSEXUALES QUE SON MEJORES PERSONAS QUE MUCHAS HETERO... PERO QUE MUCHAS EHHH.
NO SOY HOMOSEXUAL PERO ¡TENGO CEREBRO! Y POR SUERTE VEO-PIENSO-SACO CONCLUSIONES-

Anónimo dijo...

LOS MENORES SOLO NECESITAN AMOR.
NO IMPORTA SI ES DE PADRE, MADRE, ABUELOS, TÍOS O PAREJAS HOMOSEXUALES-
LO ÚLTIMO QUE NECESITAN SON FACÍSTASSSSSSSSSSS

Anónimo dijo...

la homosexualidad como tendencia no es pecaminosa, pero las conductas homosexuales sí lo son y demuestran una desviación o como se decia antes perversion,( en psiquiatria).
hay que tender al orden natural,como siempre fue.
lo que pasa es que ahora hay un lobby gay que ocupa cada vez mas espacios de poder y contra el que hay que luchar en todos los ámbitos si queremos una sociedad sana para la posteridad.Nuestros hijos nos lo agradecerán.

Anónimo dijo...

no se que niños van a poder adoptar, si antes de darlos en adopcion ....prefieren abortarlos.

Anónimo dijo...

no se que niños van a poder adoptar, si antes de darlos en adopcion ....prefieren abortarlos.

Anónimo dijo...

AJAJJA!! "LA HOMOSEXUALIDAD EN SÍ NO ES PECAMINOSA PERO LAS CONDUCATS HOMOSEXUALES SÍ LO SON"
MI MADRE.... UTILICEN EL CEREBRO ANTES DE OPINAR.

Anónimo dijo...

FASCISTAS ? Y vos?? que serías entonces?...ah...ya entendí...perdoná che...cierto re progre...re groso....re todo...capoo!!! capaaaa....z te animas a escribir algo sano...eh?

Anónimo dijo...

yo escribí a las 14.35 hs.
sí asi es :las tendencias homosexuales no configurar mal moral , pero las conductas y las declamaciones físicas o verbales anunciando la homosexualidad sí lo son.
las personas que padecen esta alteracion, como siempre se las ubico científicamente,deben tratarse y recibir asistencia piscologica y espiritual para sobrellevar este mal.

Anónimo dijo...

ALTERACIÓN? SOBRELLAVAR ESTE "MAL"?? AJAJA!!! ESTÁS MAL EHH... MI MADRE QUE ESTÁS MAL.

Anónimo dijo...

mmmm... algo saaano, algo sano... ¿NORMAS? tal vez? andáaaaaaa.... hijo del rigor.
Ni re progre ni re nada, justamente no la voy de nada.
Besos

Anónimo dijo...

LA HOMOSEXUALIDAD SIEMPRE FUE ALGO ANORMAL, AUNQUE A VECES MUY DIFUNDIDA, SEGUN EL GRADO DE DECLINACION DE LAS CIVILIZACIONES.
LA CONCIENCIA QUE EN ESO NO FALLA TE DICE QUE LA ATRACCION ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO NO ES NORMAL. NO SE DAN CUENTA QUE LOS CUERPOS Y MENTES ESTAN PREPARADOS NORMALMENTE PARA RELACIONARSE CON SEXOS OPUESTOS? QUE CADA VEZ QUE SE DA RIENDA SUELTA A ESTAS DESVIACIONES SE VIOLENTA EL ORGANISMO.
Y LO DE MEJOR PERSONA O MAS INTELIGENTE NO TIENE NADA QUE VER CON ESTA DESVIACION. NADIE LO HA DICHO.

Anónimo dijo...

¿No hay ningún comité de ética que se dedique a supervisar quiénes escriben y qué escriben? Peor aún, no hay al menos un sentimiento de verguenza por parte de quienes escriben o de los redactores o de las editoriales, como para dejar que se escriba cualquier cosa sin un basamento medianamente cierto? Este señor hace un monumento de la ignorancia. Lo peor es eso y que gracias a esa ignorancia supina mucha suerte es discriminada injustamente. Lo único que queda decir es: antes de tomar una pluma, ESTUDIEN. No lean panfletos religiosos.

Anónimo dijo...

NO SOY UN SEÑOR, SOY UNA SEÑORA-
ASÍ QUE LA HOMOSEXUALIDAD VIENE SIENDO ALGO ANORMAL? MIRÁ VOS.. POR FAVOR, USÁ LA CABEZA.
SOY HÉTERO PERO NO ES UNA VIRTUD.
CADA UNO ES COMO ES... DESÁSNENSE-
BESOS