martes, 13 de enero de 2009

CON SÓLO 23 SEMANAS DE GESTACIÓN, LEXIE DESMANTELA LAS FALACIAS ABORTISTAS

"Es una revelación", dice Sarah Slater, ya en casa con la hija Lexie.
Daily Mail Reporter.- Cuando Lexie Slater-Folksman nació con 23 semanas de gestación-una edad en que los bebés pueden ser abortados legalmente- pesaba sólo 1 libra 8 oz, poco más de 600g. Los médicos la pusieron en cuidados neonatales y advirtieron a los padres del riesgo que corría la vida de su hija.
Era tan prematura que ni siquiera se le habían desarrollado correctamente los ojos. Al mes se la sometió a la cirugía láser. Estuvo conectada a un ventilador durante varias semanas por sus pequeños e inmaduros pulmones. Lexie superó todos los contratiempos de forma gradual.
Ahora, a los seis meses de su nacimiento con un peso de 8 libras -3.628 gr- y buena salud ha podido ir a su casa, un motivo de alegría y un gran alivio para sus padres, Sarah Slater de 20 años y Richard Folksman, de 25.
El caso de Lexie demuestra que las leyes sobre el aborto son anticuadas y hay que cambiarlas. Con 23 semanas, Lexie nació una semana antes de la fecha límite para el aborto legal. En mayo la mayoría de los diputados votaron a favor de que el límite legal para los abortos fuera de 24 semanas y rechararon una propuesta que lo impidiera a partir de 12 semanas. Activistas anti-aborto han argumentado que el plazo era demasiado largo y que los derechos de un bebé han de considerarse también sobre su viabilidad.
En unas declaraciones hechas por Sarah en el hogar de la familia en Wigan afirmó: nos alegra mucho tener a Lexie en casa con nosotros, ella demuestra qué anticuadas son nuestras leyes sobre el aborto. "Algunas madres pueden terminar legalmente su embarazo a las 23 semanas pero mi Lexie es la prueba viviente de que los bebés pueden nacer de forma muy prematura y sobrevivir", señalaba.
"Me di cuenta de que aunque un bebé no esté bien desarrollado a las 23 semanas tiene, sin embargo, oportunidades de vida. Añadió: estoy muy agradecida a todos los que en el hospital ayudaron a mantener viva nuestra hija. La niña es muy luchadora y no puedo imaginar la vida sin ella", añadía la madre.
Embarazo complicado
Sarah y Richard, techador de profesión, tienen una hija, Teegan, de dos años de edad y se alegraron mucho al ver que Slater estaba embarazada de su segundo hijo en febrero. Sin embargo una semana más tarde, fue trasladada al hospital con fuertes dolores de estómago. Los médicos temieron que fuese un embarazo ectópico. El bebé era tan pequeño que podía verse en una exploración aunque las pruebas hormonales confirmaron que sí estaba embarazada. A las 22 semanas rompió aguas y fue de nuevo al hospital. Los médicos intentaron detener el parto por temor a que la niña no sobreviviera. Apenas una semana más tarde Sarah dio a luz a su hija.
Sarah lo cuenta así:
Richard estuvo allí conmigo en todas las dificultades. No es una persona que muestre fácilmente sus emociones pero al dar a luz a Lexie lloró. Cuando mi hija nació era increiblemente minúscula. En el hospital tenían todo dispuesto, una incubadora para ella, y la llevaron a la unidad neonatal.
Daba miedo verla tan pequeña y rodeada de tubos, continúa, no podía dejar de llorar. Su piel era de color rojo, como si estuviese quemada. Solo se nos permitió tocarla a Richard y a mí. En un primer momento, hicimos llegar nuestras manos por un lado de la incubadora con gran regocijo.
Durante los siguientes cinco meses, hemos dedicado dedicado innumerables horas al lado de la cama de nuestra hija. Lexie estaba muy, muy enferma; sus pulmones no se había desarrollado correctamente y no superaba la obstrucción.
Fue sometida asimismo a una cirugía a las cinco semanas porque el interior de sus ojos no se había desarrollado: estaban pegados cuando nació. Cuando abrió los ojos por primera vez me embargó un sentimiento de alivio y entusiasmo. Probablemente tendrá que usar gafas cuando sea mayor, aunque si es el único efecto secundario entonces realmente no es un contratiempo.
En casa
Permaneció en Hope Hospital en Manchester 15 semanas, y más tarde estuvo en el hospital en Wigan Fue un alivio cuando llegó al Wigan: estaba más cerca de todos nosotros. Lexie todavía tiene una máquina de oxígeno para ayudarla a respirar, y sufrirá de problemas pulmonares durante el resto de su vida, pero gana fuerza cada día. Lexie es una revelación: sirve para demostrar que nunca se debe renunciar a la esperanza.

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