Por Juan C. Sanahuja
Se fortalece la reingeniería social anticristiana. Cesó Miguel D’Escoto.
El 14 de septiembre pasado, por resolución de la Asamblea General de la ONU, fue creada una nueva agencia dedicada a impulsar los “derechos de las mujeres y la equidad de género”. Quien dirija el organismo tendrá el rango de subsecretaria general, lo mismo que las directoras ejecutivas de UNICEF, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA-FNUAP) y otras dependencias de la ONU.
En la nueva agencia se fundirán el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), la Oficina del Asesor Especial sobre Cuestiones de Género, la División para el Avance de las Mujeres (DAW) y el Instituto Internacional de Investigación y Capacitación para el Avance de las Mujeres (INSTRAW). Tendrá un presupuesto de mil millones de dólares, de los que se dedicarán 300 millones a sostenimiento del personal.
Con este nuevo organismo, el lesbo-feminismo internacional conseguirá el mismo peso político y sobre todo el dinero que le asegurará la misma libertad de acción dentro y fuera de la ONU que, por ejemplo, UNICEF, el Fondo para la Población o el Programa para el Desarrollo (PNUD).
Desde hace más de un año, una coalición de grupos lesbo-feministas lanzó a nivel mundial la campaña Gender Equality Architecture Reform (GEAR), que trabajó presionando a funcionarios de la organización y buscando apoyos internacionales para que el Secretario General, Ban Ki-moon, tuviera el respaldo de la Asamblea General para crear la nueva agencia, que tiene como fin fortalecer las políticas de “equidad de género y el ‘empoderamiento’ de las mujeres” en el marco de las Metas u Objetivos para el Desarrollo del Milenio, (vid. NG 104, 478, 722, 803, 804, 836, 874, 932, 956, 995, entre otros).
En los términos equidad de género y empoderamiento de las mujeres, se engloban la llamada libertad reproductiva, uno de cuyos pilares es el pseudo “derecho” al aborto y a la esterilización; el homosexualismo; la instrucción para la perversión sexual de los menores, bajo el eufemismo de educación sexual; la desaparición de las legislaciones de los estados miembros del instituto jurídico de la patria potestad; la derogación del reconocimiento del derecho natural a la objeción de conciencia del personal sanitario y del personal docente; etc: todo lo que el lesbo-feminismo ha buscado en las Conferencias Internacionales y busca actualmente a través del sistema de seguimiento de los tratados de derechos humanos de las Naciones Unidas.
La principal referente en Argentina de la Campaña Equidad de Género en la Reforma de Naciones Unidas, como se llamó en castellano a GEAR, es Mabel Bianco, presidenta del FEIM, (vid. NG 412, 414, 551, 650, 941).
En la misma sesión del 14 de septiembre, cesó en su cargo de presidente de la Asamblea General Miguel D’Escoto, que no desaprovechó su año de mandato para impulsar la reingeniería social anticristiana, (vid. NG 970, 996). Al día siguiente comenzó el 64° período de sesiones; el nuevo presidente de la Asamblea General es el libio Ali Abdussalam Treki.
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