lunes, 28 de septiembre de 2009

EL ABORTO ES UN CRIMEN DE LESA HUMANIDAD

Azul (Buenos Aires), 28 Set. 09 (AICA)
“Honestamente me aterra como ciudadano escuchar -actualmente- expresiones similares a las que escuchaba en boca de los responsables de torturas, muerte y desapariciones de personas, en décadas pasadas. Hoy escucho que para defender la libertad de la mujer se pretende legitimar la ‘interrupción del embarazo no deseado’”, comparó el obispo emérito de Viedma, monseñor Miguel Esteban Hesayne, en su reflexión semanal.
Tras recordar que “ayer se pretendió legitimar la tortura hasta la muerte, para descubrir un posible atentado y así salvar centenares de vidas…Y en este caso, les respondía que no se puede manipular ni mediatizar a la persona humana”, sostuvo que “igual respuesta es para los que invocan o la libertad o el derecho de la mujer violada a interrumpir el embarazo, teniendo en cuenta que está probado, científicamente, que, desde el primer instante de la concepción, hay vida humana y el sujeto de esa vida es persona humana. Una persona no puede mediatizarse bajo ningún concepto”.
El prelado insistió en decir que “me aterra que en la Argentina actual, el genial y sabio NUNCA MAS no haya llegado a erradicar el nefasto principio de que el fin justifica los medios. Principio que aniquiló vidas humanas. Y ahora lo aplican los promotores del aborto para justificar la muerte legalizada en el seno materno que es el aborto provocado”.
Pese a no juzgar la intención, lamentó que “desde altas esferas del poder se habla de un libre debate sobre el derecho a abortar en algunos casos”.
Monseñor Hesayne consideró que sea por táctica, trampa o ignorancia, es “inconcebible a nivel de un elemental conocimiento de los Derechos Humanos un debate sobre la legitimidad de respetar o no respetar el primer derecho humano que es el derecho a la vida digna”.
“Una aclaración más: tampoco el tema del aborto es ‘cuestión religiosa’. El aborto provocado es un crimen de lesa humanidad porque viola un fundamental Derecho Humano. La Iglesia sanciona con gravísima pena a sus miembros que cometen tamaño delito, porque defiende el derecho natural en toda la gama de los Derechos Humanos”, concluyó.
Texto completo de la homilía

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