miércoles, 10 de junio de 2009

¿TAPABOCAS PARA QUE NO DIGAN "TONTERÍAS"?

Tal parece que a los ojos de algunos el tapabocas debe convertirse en un accesorio obligatorio para impedir que uno exprese sus convicciones y su forma de ver el mundo.
Resulta que hace unas semanas, durante el certamen de Miss USA, la representante de California, Carrie Prejean causó controversia al declarar que no estaba de acuerdo con el matrimonio entre homosexuales y que éste debería ser entre un hombre y una mujer.
Uno de los jueces del concurso, el bloguero Perez Hilton, rápidamente emitió un comunicado en su sitio de internet descalificándola, llamándola tonta y con medio cerebro por haber dado esa respuesta.
Agregó que una representante de belleza de Estados Unidos debe estar para unir y no para separar a la población. Finalmente, agregó que nunca en la historia de esos certámenes se había abucheado a alguien y que ella lo había logrado.
Le faltó admitir que también había sido muy aplaudida, y que los aplausos fueron tan intensos que no permitieron que se escucharan los “¡buuuus!” a los que Perez se refirió. Lo cierto es que esa declaración impidió a la concursante ganarse el título de Miss USA.
Por lo visto, resulta socialmente incorrecto manifestarse en contra del matrimonio gay y tienes que taparte la boca para no expresar tus convicciones. ¿En dónde queda la tan cacareada tolerancia? ¿Tenemos que aceptar el supuesto nuevo orden que dictan las sociedades económicamente desarrolladas? ¿Se vale pensar distinto?
De hecho, sería injusto esperar que una reina de belleza tenga la responsabilidad o la finalidad de unir al país, y más injusto que tuviera que ocultar sus valores morales para unificar a los ciudadanos.
El congresista estadounidense W. Dannemeyer ya lo ha expresado así: “Hoy somos una nación dividida. Dividida en nuestra comprensión de qué debemos hacer con el SIDA, dividida en nuestras actitudes hacia la tolerancia de la homosexualidad, dividida en nuestro compromiso hacia una moralidad pública tradicional”.
No cabe duda de que existe un movimiento activo que dirige una batalla hacia la destrucción de la familia basada en la unión de un hombre y una mujer, en un compromiso permanente de fidelidad que es lo que da estabilidad.
La ley más natural e innegable que existe es la unión fecunda de los esposos, la expresión más completa de amor y la única forma de procrear y perpetuar a la humanidad.
No se trata de tener una postura anti gay, sino de responder en un esfuerzo coordinado por volver a normalizar la vida familiar. Sin mostrar temor al tapabocas, hay que hacer un llamado para dignificar a la persona y defender a la familia al proteger, privilegiar y enaltecer la institución matrimonial.
Cada vez son más las escenas que tanto en las pantallas de cine como de televisión, muestran vulgaridad y exhibición de la intimidad, de conductas y desórdenes sexuales. Así también las revistas despliegan con sensacionalismo las relaciones homosexuales entre los artistas.
Con el pretexto de defender la libertad de expresión en los medios de comunicación, que ha invadido también a las escuelas y los programas educativos, de lo único que no se habla es de que la institución matrimonial es algo valioso e importante por lo que vale la pena luchar.
Por eso me pareció admirable que una jovencita como Carrie Prejean no se dejara influir o presionar para ocultar su opinión sobre lo que debe ser el matrimonio.
Lourdes Cásares de Félix

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