El autor de El Padre Elías publicó en 1999 esta obra que empieza a cumplirse, con horror, en 2009.
El pintor y escritor canadiense Michael O'Brien consiguió un éxito en España con su thriller apocalíptico "El padre Elías" (ed. LibrosLibres), una inquietante historia sobre "los días finales", en clave teológica, en la línea de "Señor del Mundo", de Hugh Benson, o de "El relato del Anticristo" de Vladimir Soloviev (AQUÍ, gratis e íntegro).
Ahora LibrosLibres edita La última escapada, publicada en inglés en 1999. Cosas que en el Canadá de 1999 parecían exageraciones de esta novela, en la España de 2009 se dan ya por asumidas... o casi.
El protagonista, Nathaniel Delaney, es el director de un pequeño diario de crítica política e intelectual en Canadá. Vive en el campo. Su mujer le abandonó llevándose al bebé y dejándole al hijo mayor, preadolescente, y a la niña. Quería "encontrarse consigo misma", "sentirse libre"... Él es descendiente de irlandeses y de indios canadienses, así que a veces hace valer su condición de "minoría étnica" para lograr un respeto que como "cristiano heterosexual y varón" no se le puede conceder.
Un día retira a sus hijos del colegio cuando los profesores se empeñan es darles "educación sexual". El padre analiza el contenido de la asignatura: "sexo, orientación sexual, discernimiento de valores, raza, religión... lo que más me molesta es que estas son materias que desde siempre eran competencia de los padres", escribe Natahaniel. Y añade: "un programa alecciona a los niños para que se cuiden muy mucho de que los adultos les toquen, especialmente padres, abuelos, hermanos y tíos. Otro programa describe con detalle el acto sexual a niños de siete años a través de unos diagramas que lo enseñan todo".
Cuando va a protestar a la profesora, ésta le dice que "sus niños van a ser los únicos que no van a asistir. Bueno, están los niños de la familia fundamentalista que hace poco se ha mudado. ¡Están investigados por abuso sexual! No puedo dar sus nombres, rompería el secreto profesional".
A los niños les harán mobbing escolar las autoridades: les obligarán a estar de pie en el pasillo, les señalarán con el dedo... Y finalmente arrancarán de la niña la confesión de que su papá "le hace cosas"... ¡un delito contra el que no cabe la presunción de inocencia!
Nathaniel, cuyo diario se ha cerrado a causa de mil presiones y sabotajes, viendo que va a perder a los niños, se los lleva del colegio y escapa a la naturaleza, allí donde el hombre y sus mentiras no han llegado. Allí viven unos vietnamitas católicos: viven fuera del sistema, porque llegaron del Vietnam comunista, donde aprendieron a no depender de él. También en el bosque vive su abuelo indio.
El libro de O'Brien es un homenaje a El Señor de los Anillos, de J.R.R. Tolkien, y sigue la estructura de la magna obra de Tolkien. Hay muchas alusiones al libro por parte de los niños, que lo están leyendo. Ellos se ven a si mismos como Frodo y Sam. La policía que viene a buscarles a su casa son los Jinetes Negros. Los helicópteros que espían desde el cielo son los malignos pájaros espías crebain. La familia vietnamita que les esconde es Rivendel, el Último Hogar de los elfos (el traductor no ha leído El Señor de los Anillos y no usa los nombres adecuados). Hay un médico que, como Gollum, no podrá redimir su pasado cruel e infanticida. Pero no hay Anillo que se pueda destruir, sólo hay una escapada por la montaña.
Igual que el libro bíblico del Apocalipsis se escribió para robustecer a los cristianos en la persecución, para darles una visión sobrenatural de la historia y la persecución, también La Última Escapada invita a una resistencia que se base en la confianza en Dios y lo mejor del ser humano y el desprecio por las ideologías que se presentan como redentoras.
Älex Rosal, director de LibrosLibres, escribe: "parece escrito para el momento actual en España, con la Educación para la Ciudadanía; en la novela un gobierno en apariencia democrática y benefactora impone a todos los niveles, y sobre todo en la escuela, la ideología de lo políticamente correcto, castigando a los disidentes, e internando en campos de reeducación a los más refractarios".
En la novela, el padre del protagonista, ateo y progresista, dice a su hijo que es un exagerado, que no hay ninguna "dictadura" puesto que "¿acaso se ha encerrado algún periodista?" El libro explica como llega la persecución de los periodistas... después del soborno y desmantelamiento de la mayoría de medios.
En España, con el debate del aborto a los 16 años, la libertad para tener relaciones sexuales a los 14 implantada desde hace años, el nuevo debate de que las películas "para adultos" incluyan al público de 16 y 17 años, madres españolas encarceladas por dar un cachete a su hijo, cuentos homosexuales en los colegios españoles, campañas escolares para "hacer salir del armario" a los "adolescentes homosexuales" y en general con un asalto gubernamental contra los derechos de los padres a educar a sus hijos... este libro es un grito profético, que en 10 años ha demostrado estar peligrosamente cerca de la realidad.
Y si usted todavía no cree que el Estado intenta separar a los padres de sus hijos, lea este artículo de Profesionales por la Ética:
http://blogs.hazteoir.org/profesionalesetica/2009/06/15/208/
Pablo J. Ginés
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