Poros en los preservativos.
El primer estudio serio sobre la fiabilidad de los preservativos fue realizado en 1987 por la FDA (Food and Drug Administration) entidad del gobierno de EE.UU. que se encarga de la aprobación de medicamentos, prótesis, aditivos alimentarios, etc. Realizó una prueba de pérdida de agua, en la que el preservativo se llenaba con 300 ml. de agua, y se observa durante un minuto, para ver si pierde. Se acepta que tiene un nivel de calidad aceptable cuando la tasa de fallo por permeabilidad al agua no excede en un 4 por 1000. Los lotes que exceden este criterio son retirados de la venta. Se estudiaron 430 marcas con 102.000 preservativos, 165 fabricadas en EE.UU. con 38.000 preservativos, y 265 marcas extranjeras con 64.000 preservativos. Los resultados fueron que no tenían un nivel suficiente de calidad el 12% de las marcas de EE.UU. y 21% de las marcas extranjeras. En estas investigaciones de la FDA sobre la seguridad de los preservativos como preventivo del SIDA, se afirmaba concluyendo que "el uso del preservativo no se relaciona de forma significativa con la protección contra el contagio". Rechazos producidos, por ejemplo en 1991, incluían las marcas "Ramses Extra Strength" (marzo de 1991) debido a "Cantidad inaceptable de orificios y fisuras de anillo", "Saxon Wet Lubricated" (mayo de 1991) por no pasar el control de calidad de la FDA, y las que citaba The New York Times en noviembre de 1991. En muchos países en los que se han tomado la molestia de controlar la calidad, se han producido rechazos de marcas. Aún, con todo, no deja de ser penoso que con un 4 por 1000 de casos de permeabilidad al agua, sean puestos a la venta.
Al aceptarse esta tasa de defectos, la probabilidad de fallo en una pareja que utilizase el preservativo como método anticonceptivo sería de un 20,8 % anual si mantuviesen relaciones sexuales una vez a la semana, y de un 41,6 % si mantuviesen relaciones sexuales dos veces por semana.
En 1995 se retiraron de las farmacias americanas unos preservativos de plástico de la empresa London International Holdings Inc., después de haber estado a la venta desde 1991, año en el que la FDA diera el visto bueno a las pruebas de laboratorio que garantizaban la impermeabilidad del material utilizado (índice de fracaso menor del 2%). Pruebas independientes realizadas por el Instituto Nacional de la Salud Infantil y el Desarrollo Humano, arrojaron un índice de fallos mucho más alto: el 14% (una de cada siete veces). Los preservativos de plástico son utilizados por las personas alérgicas al látex (5-7% de la población).
En Francia, en abril de 1994, la revista del Instituto Nacional del Consumo afirmó, en un número especial dedicado a los preservativos, que de 28 marcas puestas a prueba, 12 debían "ser evitadas" por inseguras frente al riesgo de contagio del SIDA. La prensa francesa, haciéndose eco de la revista, dice que "en materia de preservativos, aunque la reglamentación francesa está entre las más rigurosas del mundo, no parece todavía suficiente cuando está en juego la vida". Los resultados comunicados por la revista mensual 50 Millones de Consumidores arrojan dudas sobre la calidad de los preservativos comercializados en Francia por esas doce marcas: "algunos preservativos se rompen, otros son porosos".
En México, en la revista del "consumidor", de febrero de 1996, apareció un reportaje especial sobre la calidad de los preservativos. La investigación incluyó 26 marcas, tanto importadas como de manufactura mexicana. Las pruebas de verificación de calidad se basaron en la Norma Oficial Mexicana NOM-016-SSA1-1993, la cual establece las especificaciones sanitarias que deben cumplir los preservativos de hule látex. Se realizaron distintas pruebas, para analizar los defectos visibles y orificios no visibles. Se llevaron a cabo análisis para verificar la inexistencia de defectos visibles, tales como: orificios, rasgaduras, roturas, escurrimientos de material, partes débiles, bordes distorsionados, etc. Se encontraron con que las marcas sheik elite, ramses sensitol y trojan plus tenían una calidad regular. Para analizar los orificios no visibles se llenó el producto con la cantidad de agua señalada en la norma, para corroborar que después de manipularlo por un tiempo específico, aquel no presentara fugas de agua. Bajo ese patrón de calidad resultó que las marcas therso, flash, cowboy studded y sheik elite ribbed tuvieron una calificación de regular y las marcas everything y sico sensitive el resultado fue deficiente.
Un servicio de la agencia "UN Wire" informó (16-2-2000) que un grupo de consumidores de Hong Kong, había encontrado muchos defectos en los preservativos. Según el Consejo de Consumidores de Hong Kong más de la tercera parte de los preservativos adquiridos en el territorio son inseguros. El Consejo compró unos 27.000 preservativos de 66 marcas diversas para su examen.
En España, no hubo legislación de control de "calidad" de los preservativos hasta Noviembre de 1991 (normas UNE), con lo que se podía vender sin ninguna exigencia ni fecha de caducidad. La Unión de Consumidores hizo un estudio en 1990 de diversas marcas utilizando el mismo test de agujeros al agua, y el 27% de las marcas no tenían un nivel suficiente de calidad. En Marzo de 1992 se publicó otro estudio de la Unión de Consumidores realizado con 10.000 preservativos de los 20 modelos que se venden, que representan el 75% del mercado, y la conclusión fue que el 50% no superó las pruebas realizadas con los criterios de la Unión Internacional de Consumidores, a pesar de que el 96% cumplía las normas UNE aprobadas. El 23 de Mayo de 1994, la Directora General de Farmacia y Productos Sanitarios, Regina Revilla, como consecuencia de una campaña de revisión del mercado tuvo que anunciar la inmovilización de hasta 32 marcas de preservativos. Todas las marcas implicadas incumplían las especificaciones técnicas dispuestas por el R.D. 1688/1991 de 22-11. En Abril de 1998, en la revista Ciudadano, se ponía de manifiesto que de un estudio realizado con gran cantidad de preservativos vendidos en los Sex Shop, esas empresas que tanto contribuyen al SIDA, el 51% no cumple las normas técnicas. Es un signo de lo que quieren al fin y al cabo las empresas del látex: vender al máximo.
Las pruebas de permeabilidad han mostrado que el látex no es impermeable a las partículas del VIH; Carey y al. realizaron un estudio sobre la efectividad de los preservativos de látex bajo condiciones simuladas de uso, determinando que el preservativo reduce el riesgo de transmisión del VIH, pero no lo elimina totalmente, ya que observaron 29 fugas de tamaño del VIH en 89 preservativos examinados.
Los guantes quirúrgicos de látex, necesarios para el control de la infección, a menudo son permeables: no es raro que los cirujanos se encuentren sangre en las manos, y la solución práctica es llevar dos pares de guantes. Esta costumbre no parece práctica ni aceptable con los preservativos.
Otro estudio sobre la eficacia preventiva de los preservativos fue publicado en noviembre de 1994 por un experto holandés, el Dr. Johanes Lelkens, profesor emérito de anestesiología en la Universidad de Maastricht, quien advertía que los profilácticos más seguros no se libran de agujeros ranuras y orificios mucho más grandes que el tamaño de los virus. Según el Dr. Lelkens, los preservativos no logran evitar embarazos en un 12%, y su tasa de fallo es mucho mayor a la hora de frenar el virus del SIDA, cuyo tamaño es treinta veces menor que la cabeza de un espermatozoide. El VIH es un pequeño disco de 0.1 micras de diámetro. Actualmente los tests eléctricos de permeabilidad de los preservativos son capaces de localizar agujeros de entre 10 y 12 micras, es decir, agujeros de 100 a 120 veces más grandes que el virus del SIDA.
¿Qué ocurre con los agujeros más pequeños?. Simplemente los test no los localizan. En 1990, los profesores G.B.Davis y L.W.Schoroeder realizaron orificios de 1 micra de diámetro ( 10 veces mayor que el tamaño del VIH) a preservativos que habían pasado los test de control. El 90% de ellos volvieron a pasar la prueba como si no tuvieran agujeros. El experimento similar dirigido por R.F. Carey en 1992 llegó a conclusiones similares. En 1992 Carey introdujo microesferas de poliestireno del diámetro del VIH en preservativos que habían superado el test antes citado de la Federal Drugs Administration (USA). Los sometió a variaciones de presión análogas a las que se producen en una relación sexual: un tercio de ellos perdió entre 0.4 y 1.6 nanolitros. En una relación sexual de dos minutos con un preservativo que pierde 1 nanolitro por segundo, pasarían 12.000 virus.
Pero no hace falta practicar los agujeros: en muchos casos ya existen. Así lo constató C.M.Roland, del "Naval Research Laboratory" de Washington: "la superficie de los preservativos aparece como una superficie cubierta de cráteres que tienen un diámetro de alrededor de 15 micras, y con una profundidad de 30. Más importante aún para la transmisión del SIDA es el descubrimiento de canales de 5 micras de diámetro que traspasan la pared de parte a parte. Es decir, que existen pasillos que comunican el interior y el exterior del preservativo con un diámetro de 50 veces mayor que el VIH." Esto mismo también fue confirmado por el científico Cecil H. Fox, del Instituto Nacional de Salud de Maryland, y afirmaba que en el látex, la goma del preservativo existen poros que permiten el paso del VIH, visibles por microscopía electrónica.
Inútil.
Si tanto se ha hablado del preservativo, si tantas campañas se han hecho, ¿cuál es el problema?, ¿por qué sigue el SIDA transmitiéndose?, ¿por qué preocuparse? Pues porque se comprueba que esa no es la solución. En la psicología masculina hay un rechazo inconsciente a reducir la sensibilidad, y además en plenos momentos de pasión "parar" para ponérselo, aunque se esté totalmente concienciado, muchas veces no se hace. Pasa como con el coitus interruptus, que es un método no aprobado por la OMS, ya que en teoría es seguro, pero en la práctica no funciona.
Parecen descubrirse intereses políticos en las campañas sanitarias contra el SIDA, manipulando la verdad y engañando a los enfermos: la verdad no está en los preservativos, ni en las jeringas desinfectadas. Estas son mentiras, mentiras a veces pronunciadas por motivos políticos por parte de los responsables, y sin embargo al ciudadano se le oculta que a los enfermos de SIDA les espera la muerte, y muchos de ellos morirán en la miseria, en el abandono, cubiertos de heridas, tal vez enloquecidos.
La revista JANO, revelaba que cuando hay conductas de riesgo no se escucha la recomendación de usar preservativos, según los datos de diversos estudios. Un editorial de ésta revista decía: "Hay que situarse en el ambiente en el que suelen vivir frecuentemente esas personas. Para un drogadicto que esté viendo morir a su alrededor a sus amigos y conocidos por sobredosis, hepatitis-B u otras infecciones, enfermar de SIDA es un riesgo más que no le lleva a cambiar de conducta. En el ambiente de miseria física, mental y moral en que se mueven tiene poca trascendencia que exista una posibilidad más de defunción".
En la revista Área+ de Junio de 1997 se dice que las que "las prostitutas, después de mucho insistir, suelen usar los preservativos con sus clientes, si estos no insisten en lo contrario, pero lo más normal es que no lo hagan con su pareja porque es una forma de diferenciar el sexo por dinero del sexo por amor. El tema del preservativo es uno de los temas más difíciles". En esta misma revista Rafael Manzanera reconoce que en el tema de los preservativos "nos hemos equivocado, porque hemos pretendido hacer unas campañas de prevención a partir de nuestros propios presupuestos ideológicos, intelectuales y culturales, que no tienen nada que ver con los de las personas que viven a diario sobre una cornisa a una altura de siete pisos. Y la realidad nos dice que los nuevos casos de SIDA son principalmente de componente heterosexual, muy vinculadas a parejas UDPV".
Francisco Parras, director del Plan Nacional sobre el SIDA, declaró en marzo de 1999 que "le apena que exista todavía gente que tiene contactos con profesionales del sexo masculino o femenino, y se niegan a utilizar el preservativo". Por su parte, el 1996 el Plan Nacional sobre Drogas realizó una encuesta para ver el uso del preservativo en las relaciones sexuales ocasionales, y halló que: "únicamente el 37.7 % de los que mantuvieron relaciones sexuales ocasionales en ese año, habían utilizado preservativo sistemáticamente, y entre los casados sólo el 13,4 % ".
En agosto de 1998 el Ministerio de Sanidad de España publicó un estudio en el que se determinaba que el 80% de los españoles conocen correctamente los mecanismos de transmisión del SIDA. También reconoce que los jóvenes y las mujeres siguen asumiendo riesgos en las "relaciones" imprevistas, a veces por presión de su "pareja". Para Sanidad resulta una paradoja, que aún sabiendo que con los preservativos están más protegidos, hay jóvenes que asumen riesgos. La conclusión que saca Sanidad, fiel a sus principios, es que hay que bombardear aún más; no se plantea que en la educación de costumbres esté la solución, no. Todos somos muy dados a jugar con el riesgo, lo malo es que se hace realidad esa sentencia tradicional de la India: "Una vez que se está en la boca del tigre, es inútil tomar precauciones".
Las encuestas que aportaba Sanidad en Julio de 1999 en la presentación de la campaña de aquellas fechas, señalaban que más de la mitad de los jóvenes españoles entre 15 y 19 años mantenían relaciones sexuales con parejas ocasionales. De ellos, el 30 por ciento de los varones y el 41 por ciento de las mujeres no usaron preservativo. Según la directora del Centro de Enfermedades de Transmisión Sexual de Granada, a pesar de las campañas de promoción llevadas a cabo, en el caso de los primeros contactos sexuales de los jóvenes, la utilización es inferior al total, y alcanza sólo a poco más de la mitad de los casos, y no siempre de forma sistemática.
Unos estudios tras otros están demostrando la inutilidad del preservativo para parar el SIDA. Otro, aparecido en el periódico Le Monde, 15-VI-95 publicado por la Agencia Nacional de Investigación sobre el SIDA, de Francia, hablaba sobre la particular gravedad de la epidemia de SIDA en los departamentos franceses de las Antillas y Guayana. En la Guayana francesa el porcentaje de infectados era seis veces y media más que en el conjunto de Francia. Esa gravedad va unida a la extendida promiscuidad heterosexual y a la importancia de la prostitución. La extensión de la epidemia no puede achacarse a la ignorancia. La encuesta demostraba que los principales modos de transmisión del SIDA son ampliamente conocidos. La proporción de usuarios de preservativos es igual en las Antillas que en la metrópoli. Sin embargo, sólo la mitad de los hombres y un tercio de las mujeres que corren el riesgo de ser contaminados por el virus decían haber utilizado preservativos en los últimos doce meses. Los investigadores del ANRS mostraban su "sorpresa al comprobar hasta qué punto la epidemiología de la transmisión del virus del SIDA está relacionada con el comportamiento sexual de la población de estos territorios". Y se concluía que era urgente elaborar una nueva estrategia de prevención.
En Yaundé, Camerún, en 1993, se celebró la VII Reunión Internacional sobre el SIDA con expertos médicos y sanitarios. Fue una reunión en la que participaban unos trescientos congresistas y, se distribuyó al final, un cuestionario para que se indicase, entre otras cosas, si se había tenido relaciones sexuales durante los tres días que duró la reunión con personas que no fuesen pareja estable. De los encuestados, el 28% contestó que sí, y de estos, una tercera parte dijo que no había tomado "precauciones" alguna para evitar contagios. Si esto ocurre entre personas "concienciadas", ¿qué ocurrirá entre la base del pueblo?. ¿A qué fueron a Camerún?, ¿a hacer turismo sexual?, ¿a llevar el SIDA a Camerún, o a llevarse el SIDA del Camerún?.
El pueblo normal, el africano, recibe también la presión de las campañas, sin ningún resultado. Si en algún sitio las campañas para frenar la epidemia del SIDA están mal adaptadas a la cultura local, ese lugar es África. Allí esta más del 70% de los seropositivos de todo el mundo y, la transmisión heterosexual es la predominante. Se constató en la conferencia que las campañas pro-preservativo son absolutamente ineficaces en África. Así lo reconoce también la propia OMS: "Por diversas razones, los africanos en general, no utilizan los preservativos en sus relaciones sexuales. Y los que lo hacen, es solamente para planificar el número de hijos. Recientes estudios realizados en el África sub-sahariana establecen que sólo un 1% los emplean". Y es que a pesar de las cifras cada vez más alarmantes sobre la enfermedad, el hombre de la calle sigue sin inmutarse, pensando que se trata de asuntos europeos.
Así lo reconoce también María Francisca Basarán de Médicos sin Fronteras :"Introducir los preservativos en las relaciones sexuales en Africa es culturalmente muy difícil, y no se trata primordialmente de una cuestión religiosa o moral"
En la conferencia mundial sobre el SIDA de Vancouver, en 1996, se reconocía que es una paradoja que mientras los investigadores acaban sabiendo casi todo del SIDA y logren terapias más eficaces contra el VIH, los mensajes preventivos no "calen" en la gente, y menos en las que mantienen prácticas de riesgo. En los países anglosajones, puede que subsista el moderno imperativo ético de la autodeterminación y de responsabilidad personal, que obliga a responsabilizarse totalmente de las consecuencias de los propios actos, lo que aconseja evitar situaciones de riesgo. Sin embargo, casi en el resto del mundo, por ejemplo los países mediterráneos aflora un cierto neofatalismo. No se piensa en las consecuencias de los actos, quizá porque se piensa que lo que sea sonará. De ahí, que se vive al día: se comparten jeringuillas usadas, se aceptan parejas ocasionales sin cuestionar su historial, y se mantiene a los jóvenes entretenidos con la explosiva mezcla sexual de ignorancia y permisividad. Así se logra que quien caiga víctima de la enfermedad parezca que fue por la fatalidad supersticiosa, por voluntad divina o porque quizá lo merezca.
Según informaba la CNN, Pedro Chequer responsable oficial del SIDA en Brasil, a la vista de que después de intensas campañas pro-preservativo desde 1983, los estudios oficiales hablan de que el 76% de la población no usa preservativos en sus relaciones sexuales, dice que "esas cifras nos están haciendo pensar en una nueva estrategia de prevención". El citado informe sobre los hábitos sexuales de los brasileños, que se publicó en esas fechas, revelaba que un creciente número de brasileños bebe alcohol antes de las relaciones, el 44% de los jóvenes, lo que reduce su percepción del riesgo.
Durante un congreso de Medicina Tropical y Salud Internacional que se celebró en Sitges.(Enero 2000), se hizo público un estudio que informa que el 50% de los viajeros a "paraísos sexuales" no usa preservativo. El estudio, realizado en el Hospital Clínico de Barcelona a partir de mil historias clínicas de viajeros que hicieron alguna consulta en la unidad de medicina tropical, señala que uno de cada cinco viajeros mantuvo relaciones sexuales durante el viaje con parejas no habituales, la mayor parte personas autóctonas del país visitado. El estudio, con el que se quiso conocer el grado de protección de los viajeros para evitar enfermedades de transmisión sexual y comprobar si alguno de ellos contrajo una de estas enfermedades, señala que únicamente el 47 por ciento de los hombres y el 60 por ciento de las mujeres utilizaron el preservativo. Por lo que respecta a los contagios, en 9 viajeros se diagnosticaron enfermedades asociadas a las relaciones sexuales: tres seroconversiones en viajeros a India, Brasil e Indonesia, un caso de pediculus pubis, 4 casos de escabiosis en personas que visitaron Cuba, Guinea Ecuatorial y Sudáfrica, y un caso de vulvovaginitos contraído en Senegal.
Según el Departamento de Defensa de los EE.UU., el ejército estadounidense es el que tiene mayor índice de enfermedades de transmisión sexual (ETS) de los países desarrollados. Cada año se producen en el mundo 333 millones de contagios de este tipo de enfermedades, de los que 15,3 millones corresponden a Estados Unidos. La población militar es la de mayor incidencia, con entre dos y cinco veces más riesgo de contraerlas, cifra que se eleva a 50 veces más en caso de conflicto. La cuestión les preocupa especialmente porque las ETS son cada vez más virulentas y resistentes a los fármacos y, además, provocan lesiones que facilitan el contagio del SIDA. Por eso, se ha sabido que van a adoptar medidas, y estas no pueden ser nunca impopulares, por lo tanto, a lo de siempre, promocionar entre los soldados los preservativos. Pero no esperan demasiado de esta medida porque, según Bill Calbert, presidente del Comité de Prevención de ETS, del Departamento de Defensa de los EE.UU, sus soldados saben perfectamente cómo se transmite el SIDA y, sin embargo, sólo el 42% de los encuestados utilizaron el preservativo en el último contacto sexual: "Parece haber una clara desconexión entre lo que saben y lo que hacen", añadió Calbert, quien explicó que el programa de ayuda que van a poner en marcha incluye también orientación sobre abstinencia y relaciones monógamas, algo es algo. Ya se ve que sirven de muy poco las teorías cuando fallan los valores. ¿Es honrado incitar a los jóvenes a la promiscuidad con esos programas de "educación" sexual que se limitan a promover un sexo "seguro y sin riesgos" y no estimulan la afectividad de los jóvenes hacia el autodominio y el amor comprometido? En sexualidad no basta la información técnica, se deben atender las esferas de los sentimientos y el espíritu. Quienes castran alguna de esas parcelas pagan las consecuencias.
1 comentario:
no se puede engañar asi a toda la población, y pensar que tanta gente lo usa segura.
se dan cuenta que todo este plan anti HIV es una farsa?
no hay otra forma de evitar el contagio que la abstinencia, como se demostro en Uganda.
Publicar un comentario