Susan Yoshihara, PhD
(NUEVA YORK – C-FAM). Harvard University Press ha publicado recientemente un libro que explica cómo la eugenesia unió a algunas de las elites más acaudaladas y poderosas del siglo XX, en un movimiento “para rehacer a la humanidad por medio del control de la población mundial”. Los líderes de ese movimiento no rendían cuentas a nadie y causaron la miseria más espantosa a los pobres del mundo.
El libro se titula “Fatal Misconception: The Struggle to Control World Population” (“Equivocación mortal: La lucha para controlar la población mundial”), y fue escrito por Matthew Connelly, historiador de la Columbia University. En esta obra, el autor demuestra por qué los que promueven los “derechos reproductivos” están “repitiendo fielmente un catecismo eugenésico sin tener la más mínima idea de dónde viene y dónde va”.
En 1952, en un encuentro secreto y por invitación solamente, John D. Rockefeller III reunió a los que luego se convertirían en los líderes del establishment del control demográfico actual. Allí estuvieron los que después establecerían la agenda para las siguientes décadas: los jefes de la Comisión de Energía Atómica de EEUU y de la Academia Nacional de Ciencias, así como destacados científicos “desde el campo de la embriología hasta el de la economía”, incluyendo ganadores del Premio Nóbel del pasado y del presente.
De las muchas reuniones que tuvieron lugar y que Connelly denuncia en su libro, hubo una dedicada a “los problemas demográficos”. En los apuntes que recogieron, palabra por palabra, las exposiciones de los participantes, Connelly encontró que lo que motivó a esta gente fueron cuestiones acerca de cuántas personas pueden caber en el mundo y de “si a los países pobres y agrícolas, como la India, ‘se les debe impedir el acceso al desarrollo industrial’”. Al disminuir la mortalidad e incentivar la “reproducción”, el desarrollo aumentaría las poblaciones “inferiores” y degradaría más aún “la calidad genética de la raza humana”. Los participantes decidieron que las medidas drásticas para reducir las tasas de nacimientos estaban justificadas, para salvar a la “civilización occidental” de ser abatida a causa de las crecientes exigencias humanitarias de los países del Tercer Mundo.
En ese contexto surgió el Consejo de Población, el cual, a su vez, se convertiría en el nexo de todo el movimiento del control demográfico, llegando a coordinar la labor de la ONU, las fundaciones Ford y Rockefeller, la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, por sus siglas en inglés) – que fue fundada tres semanas después – así como las principales empresas farmacéuticas.
La fundadora de la IPPF, Margaret Sanger, eligió al psicólogo C. P. Blacker, como su primer director general. Blacker pidió que se llevara a cabo una estrategia de “cripto-eugenesia”, diciendo “ustedes deben lograr las metas de la eugenesia sin revelar lo que están tratando de conseguir y sin mencionar la palabra”.
Cuando Nehru presentó la primera política de limitación demográfica de la India en diciembre de 1952, el establisment del control demográfico encontró a un gobierno dispuesto que les permitiría comenzar a experimentar con su pueblo hasta encontrar un anticonceptivo barato, “para ser usado en los barrios pobres, en la jungla y entre la gente más ignorante”, como Sanger había dicho. Años después, la IPPF importaría esos experimentos a los barrios pobres de EEUU. Sanger expresó: “Creo que inmediatamente debe haber una esterilización nacional para ciertas clases disgénicas de nuestra población, a quienes se les incentiva a reproducirse y que morirían si el gobierno no las alimentara”.
Según Connelly, no fue sino hasta el Presidente Lyndon Jonson, a quien convencieron unos pocos asesores muy influyentes, que el financiamiento de EEUU aumentó considerablemente, convirtiendo en realidad la visión de Sanger de obligar a los pobres del mundo a practicar el control de la natalidad, tanto en la India como en otros lugares. A medida que estas iniciativas cobraban ímpetu, sus brutales consecuencias asustaron a los más entusiastas promotores del control demográfico.
Fuente: Susan Yoshihara, PhD, “New Book Exposes Eugenics Mandate in Reproductive Rights Agenda – Part I: Power, Money, and Science Unite to Exterminate the World’s Poor”, Friday Fax, Vol. 11, No. 30, 10 de julio del 2008. C-FAM, Catholic Family & Human Rights Institute, New York – Washington, DC, http://www.c-fam.org/. Editor en Jefe: Austin Ruse.
C-FAM fue fundada por HLI. Luego se convirtió en una organización independiente, que ha continuado su excelente labor de defender la vida y la familia, por medio de observar e investigar lo que acontece en la ONU y darlo a conocer a todos los interesados. El “Friday Fax” es su principal boletín electrónico semanal.
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