La comisión de ecología de la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires dio dictamen favorable al proyecto de ley del jefe de gobierno de la ciudad Mauricio Macri, por el que se adhiere a la Carta de la Tierra (proyecto número 1123-J-08).
Años atrás la Carta ya mereció la atención de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y el apoyo económico del gobierno de Carlos Menem (NG 82).
La Carta de la Tierra forma parte del proyecto de una nueva religión universal de las Naciones Unidas, un culto pagano y panteísta, (NG 748, 851, 855, 862, 899), destinada a reemplazar a los Diez Mandamientos, según Mikhail Gorbachev.
La Carta de la Tierra para Gorbachev, uno de sus creadores, es "el manifiesto de una nueva ética para el nuevo mundo", un verdadero "Decálogo de la Nueva Era", base para un código de conducta universal que deberá regir al mundo desde el año 2000. "Estos nuevos conceptos -dijo el ex premier soviético y antiguo jefe de la KGB-, se deberán aplicar a todo el sistema de ideas, a la moral y a la ética y constituirán un nuevo modo de vida. El mecanismo que usaremos, será el reemplazo de los Diez Mandamientos, por los principios contenidos en esta Carta o Constitución de la Tierra", (cfr. S. Arguedas, La Cumbre de la Tierra, AICA-DOC 2106, Buenos Aires, 30-04-97) (NG 82).
Por eso la Carta de la Tierra, como dijo el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, trata de imponer “’una nueva religión secular, una religión sin Dios, o, si lo prefiere, de un nuevo Dios que es la misma Tierra, con el nombre de Gaia’. En apoyo de esta interpretación, cito las siguientes palabras de Gorbachev y de Maurice Strong: ‘mi esperanza es que esta Carta se convierta en un nuevo Decálogo, en una especie de Sermón de la Montaña que proporcione una guía para el comportamiento de los seres humanos con relación al medio ambiente en el próximo siglo’, (M. Gorbachev, Los Angeles Times, 8 de mayo de 1997); ‘el Cosmos es mi Dios, la Naturaleza es mi Dios’, (Gorbachev, en el Show PBS Charlie Rose, 23 de octubre de 1996); ‘la verdadera meta de la Carta de la Tierra es convertirse de hecho en algo como los Diez Mandamientos’ (M. Strong). Se comprende, entonces, que el cardenal Lozano estime que ‘la finalidad de este programa es sustituir los valores cristianos con una 'ética global’", (cfr. Morris Polanco, La Hora, Guatemala, 14-01-05, La Carta de la Tierra V) (vid. NG 851).
En su corta trayectoria de seis meses, el gobierno y los legisladores de Mauricio Macri y Gabriela Michetti, han tomado un camino contrario al orden natural.
El 8 de marzo pasado con motivo del Día Internacional de la Mujer, la legislatura de la Ciudad premió entre un grupo de mujeres a un activista transexual.
El 17 de abril la Legislatura aprobó por unanimidad -votos macristas incluidos- la ley de la Ciudad de Buenos Aires nº 2687, que Macri no vetó a pesar de los miles de pedidos para que lo hiciera. La ley instituyó al 17 de mayo como "Día de Lucha Contra la Discriminación por Orientación Sexual o Identidad de Género", con el agravante que en la misma se incluye el “día gay” en las efemérides escolares para concienciar a los chicos “en el respeto a la diversidad sexual”, es decir pervertirlos inculcándoles que es “natural” lo que es y siempre será antinatural (NG 885).
Alguna vez Mauricio Macri comparó a su partido con el Partido Popular de España, nada más acertado ya que el Partido Popular ha sido promotor y es cómplice de la reingeniería social anticristiana en ese país. ¿Pretenderá el PRO ser el partido de los burgueses políticamente correctos que salen a las calles a batir caceloras sólo cuando le tocan el bolsillo, quedándose inmóviles ante la amenaza cierta de perversión de sus hijos?. FIN, 04-07-08
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Años atrás la Carta ya mereció la atención de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y el apoyo económico del gobierno de Carlos Menem (NG 82).
La Carta de la Tierra forma parte del proyecto de una nueva religión universal de las Naciones Unidas, un culto pagano y panteísta, (NG 748, 851, 855, 862, 899), destinada a reemplazar a los Diez Mandamientos, según Mikhail Gorbachev.
La Carta de la Tierra para Gorbachev, uno de sus creadores, es "el manifiesto de una nueva ética para el nuevo mundo", un verdadero "Decálogo de la Nueva Era", base para un código de conducta universal que deberá regir al mundo desde el año 2000. "Estos nuevos conceptos -dijo el ex premier soviético y antiguo jefe de la KGB-, se deberán aplicar a todo el sistema de ideas, a la moral y a la ética y constituirán un nuevo modo de vida. El mecanismo que usaremos, será el reemplazo de los Diez Mandamientos, por los principios contenidos en esta Carta o Constitución de la Tierra", (cfr. S. Arguedas, La Cumbre de la Tierra, AICA-DOC 2106, Buenos Aires, 30-04-97) (NG 82).
Por eso la Carta de la Tierra, como dijo el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, trata de imponer “’una nueva religión secular, una religión sin Dios, o, si lo prefiere, de un nuevo Dios que es la misma Tierra, con el nombre de Gaia’. En apoyo de esta interpretación, cito las siguientes palabras de Gorbachev y de Maurice Strong: ‘mi esperanza es que esta Carta se convierta en un nuevo Decálogo, en una especie de Sermón de la Montaña que proporcione una guía para el comportamiento de los seres humanos con relación al medio ambiente en el próximo siglo’, (M. Gorbachev, Los Angeles Times, 8 de mayo de 1997); ‘el Cosmos es mi Dios, la Naturaleza es mi Dios’, (Gorbachev, en el Show PBS Charlie Rose, 23 de octubre de 1996); ‘la verdadera meta de la Carta de la Tierra es convertirse de hecho en algo como los Diez Mandamientos’ (M. Strong). Se comprende, entonces, que el cardenal Lozano estime que ‘la finalidad de este programa es sustituir los valores cristianos con una 'ética global’", (cfr. Morris Polanco, La Hora, Guatemala, 14-01-05, La Carta de la Tierra V) (vid. NG 851).
En su corta trayectoria de seis meses, el gobierno y los legisladores de Mauricio Macri y Gabriela Michetti, han tomado un camino contrario al orden natural.
El 8 de marzo pasado con motivo del Día Internacional de la Mujer, la legislatura de la Ciudad premió entre un grupo de mujeres a un activista transexual.
El 17 de abril la Legislatura aprobó por unanimidad -votos macristas incluidos- la ley de la Ciudad de Buenos Aires nº 2687, que Macri no vetó a pesar de los miles de pedidos para que lo hiciera. La ley instituyó al 17 de mayo como "Día de Lucha Contra la Discriminación por Orientación Sexual o Identidad de Género", con el agravante que en la misma se incluye el “día gay” en las efemérides escolares para concienciar a los chicos “en el respeto a la diversidad sexual”, es decir pervertirlos inculcándoles que es “natural” lo que es y siempre será antinatural (NG 885).
Alguna vez Mauricio Macri comparó a su partido con el Partido Popular de España, nada más acertado ya que el Partido Popular ha sido promotor y es cómplice de la reingeniería social anticristiana en ese país. ¿Pretenderá el PRO ser el partido de los burgueses políticamente correctos que salen a las calles a batir caceloras sólo cuando le tocan el bolsillo, quedándose inmóviles ante la amenaza cierta de perversión de sus hijos?. FIN, 04-07-08
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