El 14 de septiembre, fiesta litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz, de especial relevancia en Ecuador, el pueblo de Guayaquil –la ciudad más poblada del país- salió a la calle para acudir a la concentración “por la paz, la vida y la familia”, convocada por Consejo Ecuatoriano de Laicos Católicos (CELCA).
Casi doscientas mil personas acudieron a las tres Misas de campaña que se celebraron el domingo a la misma hora, en tres puntos neurálgicos de Guayaquil. La celebración de una de ellas corrió a cargo del Arzobispo y Presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Antonio Arregui, y contó con la presencia de representantes de las iglesias evangélicas.
Las procesiones y las misas se enmarcaron en la campaña de oración por el Ecuador, organizada por la Conferencia Episcopal, que se está llevando a cabo durante todo el mes de septiembre y que incluye el rezo diario del Rosario, el Ángelus al mediodía y el ayuno todos los viernes de este mes, y que forma parte del llamado de los obispos a la reflexión ciudadana sobre el proyecto de nueva Constitución, que será sometido a referéndum el 28 de septiembre. (Vid. NG 893, 906, 907, 913, 914).
Los principios no negociables
En la homilía de la Misa de Avenida Manchala, a la que según El Universo acudieron más de cien mil fieles, el arzobispo, Mons. Arregui, se refirió a los principios “no negociables” violados por el proyecto de Constitución.
“Pedimos para que las raíces cristianas de nuestra cultura (...) se manifiesten en atención solidaria a los más débiles e indefensos: los enfermos y minusválidos, niños y ancianos, a los desempleados y sin techo, y muy especialmente, a los que no han nacido todavía, pero que al ser concebidos son ya una persona nueva y distinta (...) Pedimos que se reconozca el designio de Dios creador cuando hizo al varón y a la mujer, complementarios, para que se ayudaran en estrecha sociedad y se convirtieran en nuevas vidas (…) Pedimos que la familia sea siempre respetada para educar a sus hijos según sus convicciones”, dijo Arregui
Y citando a Benedicto XVI, añadió: “El poder terreno, sin el cielo, permanece ambiguo y frágil. Solo el poder que se pone bajo el criterio y bajo el juicio del cielo, puede llegar a ser un poder benéfico y solo, añade el Santo Padre, el poder que se encuentra bajo la bendición de Dios es confiable”.
Se ha herido el espíritu de la Nación que es cristiana
Mons. Antonio Arregui había declarado el 8 de septiembre al periódico La Hora, que la convocatoria del 14 "es la oportunidad para que unamos nuestras oraciones por la vigencia en el país de algunos valores que hemos venido destacando y que según parece son puestos bajo sombra en este proyecto de Constitución".
Las Misas de campaña, dijo días después Mons. Arregui "son una reacción que ciertamente proviene de gente que se siente maltratada en sus creencias por el texto de Constitución, y por la actitud que ha adoptado el gobierno de belicosidad contra la Iglesia (…) Se ha herido el espíritu no de la Iglesia, sino de la nación, de la nación que es cristiana" (AFP, 11-09-08).
Mons. Arregui insistió en que la jornada del 14, "no necesariamente" significaría pedir el voto por el “No”. “Lo que pedimos es que los cristianos con responsabilidad reflexionen sobre el hecho de que la vida, la familia y la paz son bienes que a los que debemos aspirar para contribuir a un futuro mejor".
Los obispos -insistió Mons. Arregui- no están haciendo campaña contra el Estado, sino que predican "lo que hemos exhortado siempre, como el mandamiento de no matar que está vigente desde siempre" y que "es uno de los puntales de la tradición cristiana (…) Hay una corriente abortista mundial que se ha acercado a nuestra cultura y que tuvo representación en la Constituyente".
Arregui insistió en que si gana el "Sí" a la nueva Constitución, los obispos seguirán con su compromiso "de defender los principios morales". "Ahora, si gana el No, tampoco nos sentiremos ganadores porque nosotros no perseguimos votos. Nuestra lucha es por la vigencia de los principios cristianos en la sociedad".
En Quito
Por su parte el Arzobispo de Quito, Mons. Raúl Vera Chiriboga, convocó también para el 14 de septiembre una vigilia de oración en toda la diócesis en defensa de la vida y la familia. La intención de esta vigilia, explicó el arzobispo, es "promover la reflexión antes que la confrontación" de cara al referéndum, teniendo en cuenta la tensión que está viviendo el país.
La decisión del voto "para los católicos debe estar iluminada por la Palabra de Dios y la Doctrina Social de la Iglesia. Siguiendo el ejemplo de Jesús, las grandes decisiones deben ir precedidas de la oración", dijo Mons. Vera Chiriboga. FIN, 15-09-08
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