La organización Alliance Defense Fund (ADF) presentó una demanda contra el hospital Mount Sinai, de Nueva York, por obligar con amenazas legales a una enfermera católica a participar en un aborto, contra sus propias convicciones morales.
La enfermera Catherina Cenzon-De Carlo recibió la orden de asistir el aborto de una mujer de 22 semanas de embarazo. El hospital sabía que la enfermera no participaba en abortos por objeción de conciencia desde que la contrató en el año 2004.
Cenzon-De Carlo recordó a sus supervisores que no podía participar del procedimiento, pero le dijeron que si no lo hacía sería acusada de "insubordinación y abandono del paciente" que podría resultar en una acción disciplinaria y la posible pérdida de su trabajo y su licencia de enfermera.
Así, lentamente, el movimiento abortero mundial se está convirtiendo en una brutal dictadura que no admite que otros piensen distinto.
La ADF demandó a Mount Sinai por violar el derecho a la objeción de conciencia de la enfemera.
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