El Arzobispo de Santiago, Mons. Julián Barrio, ensalzó el sábado los valores de "la familia" y el "respeto a la vida" y a la "dignidad humana" como vía para superar las "graves consecuencias en el ámbito social" de una crisis "antropológica y moral".
Así, durante la Ofrenda Nacional al Apóstol de la Catedral de Santiago, Mons. Barrio abogó por "reconocer el significado trascendente de la persona" en "las difíciles situaciones actuales", y lanzó un mensaje en contra del aborto y la eutanasia resaltando que es "fundamental respetar la vida desde su concepción a su muerte natural".
En esta línea, consideró que la crisis "es sobre todo antropológica y moral", en la que "se propaga el sentir de que todo vale" y "se considera que se puede experimentar con las personas en las diferentes dimensiones de su existencia". "El hombre tiene dignidad en sí mismo y nunca puede ser pensado como fin para otro", señaló.
En su respuesta a la Ofrenda al Apóstol, el Prelado instó a "construir una sociedad donde se vivan los principios morales y espirituales que garanticen el respeto sagrado a la persona" y pidió protección para los gobernantes que "están ofreciendo sus mejores esfuerzos para lograr una convivencia en verdad, libertad, justicia y paz".
Crisis
En su intervención, en la que habló tanto en castellano como en gallego, el Arzobispo de Santiago hizo también referencia a la crisis económica, que consideró "preocupante" por "sus graves consecuencias en el ámbito social y laboral".
Por ello, indicó, "es más necesaria" una "profunda renovación cultural cristiana" y "un redescubrimiento de valores sobre los cuales construir una sociedad más humana".
En esta línea, reclamó el papel de la Iglesia en "un contexto social en el con frecuencia se relativiza la verdad" y pidió a la sociedad que permanezca "en la fe" en un momento en el que "la barca de la Iglesia es sacudida por el viento de las ideologías, que con sus aguas penetran en ella y parecen condenarla a hundirse", criticó.
Así, definió "la misión" eclesiástica en trasladar un "mensaje de reconciliación y perdón" y advirtió de que "bajo la tentación de ambiciones intelectuales o ideológicas", el hombre "puede convertirse en fanático de sus propios criterios acomodaticios" y "de sus propios intereses creados".
Durante su alocución, Mons. Barrio Barrio pidió al Apóstol que "se manifieste en la caridad" como "el don más grande que Dios ha dado al hombre" y que contribuye "a construir una civilización en paz" donde "no hay ningún tipo de violencia que degrada siempre la condición de la persona humana".
Así, durante la Ofrenda Nacional al Apóstol de la Catedral de Santiago, Mons. Barrio abogó por "reconocer el significado trascendente de la persona" en "las difíciles situaciones actuales", y lanzó un mensaje en contra del aborto y la eutanasia resaltando que es "fundamental respetar la vida desde su concepción a su muerte natural".
En esta línea, consideró que la crisis "es sobre todo antropológica y moral", en la que "se propaga el sentir de que todo vale" y "se considera que se puede experimentar con las personas en las diferentes dimensiones de su existencia". "El hombre tiene dignidad en sí mismo y nunca puede ser pensado como fin para otro", señaló.
En su respuesta a la Ofrenda al Apóstol, el Prelado instó a "construir una sociedad donde se vivan los principios morales y espirituales que garanticen el respeto sagrado a la persona" y pidió protección para los gobernantes que "están ofreciendo sus mejores esfuerzos para lograr una convivencia en verdad, libertad, justicia y paz".
Crisis
En su intervención, en la que habló tanto en castellano como en gallego, el Arzobispo de Santiago hizo también referencia a la crisis económica, que consideró "preocupante" por "sus graves consecuencias en el ámbito social y laboral".
Por ello, indicó, "es más necesaria" una "profunda renovación cultural cristiana" y "un redescubrimiento de valores sobre los cuales construir una sociedad más humana".
En esta línea, reclamó el papel de la Iglesia en "un contexto social en el con frecuencia se relativiza la verdad" y pidió a la sociedad que permanezca "en la fe" en un momento en el que "la barca de la Iglesia es sacudida por el viento de las ideologías, que con sus aguas penetran en ella y parecen condenarla a hundirse", criticó.
Así, definió "la misión" eclesiástica en trasladar un "mensaje de reconciliación y perdón" y advirtió de que "bajo la tentación de ambiciones intelectuales o ideológicas", el hombre "puede convertirse en fanático de sus propios criterios acomodaticios" y "de sus propios intereses creados".
Durante su alocución, Mons. Barrio Barrio pidió al Apóstol que "se manifieste en la caridad" como "el don más grande que Dios ha dado al hombre" y que contribuye "a construir una civilización en paz" donde "no hay ningún tipo de violencia que degrada siempre la condición de la persona humana".
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