El debate sobre aborto en la agenda parlamentaria. Con ocasión del Día de la Mujer, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó sobre tablas la Agenda de Género 2008-2010. La Agenda obtuvo 197 votos a favor y ninguno en contra. La estrategia oficialista: avanzar si hacer ruido, sin mencionar la palabra aborto.
Por Mónica del Río
Una vez más los abortistas supieron aprovechar las efemérides. En la sesión del 12 de marzo, y con ocasión del Día de la Mujer, los diputados nacionales aprobaron un proyecto de resolución (exp. Nº 0556-D-2008) por el que se comprometieron “a incorporar en el debate parlamentario la Agenda de Género Periodo 2008-2010”.
El proyecto fue impulsado por la oficialista Juliana di Tullio (FpV, BsAs) y lo firmaron además: Silvia Storni (UCR, Cba.); Cynthia Hotton (PRO, Cdad. de BsAs); Silvia Augsburger (PS, Sta.Fe); Eduardo Fellner (FpV, Jujuy); Patricia Vaca Narvaja (FpV, Cba.); Silvia Vázquez de Tabernise (De la Concertación, BsAs); Delia Bisutti (ARI Autónomo 8+, Cdad. de BsAs), Alicia Comelli (Movimiento Popular Neuquino) y Marcela Rodríguez (Coalición Cívica, BsAs).
La Agenda no menciona explícitamente el aborto pero lo exige de todas las maneras posibles. Excelente estrategia para pescar incautos. Tampoco menciona el “matrimonio homosexual” pero caería como fruto maduro si modifican la ley antidiscriminatoria e incorporan la no discriminación por orientación sexual.
La Agenda de Género
El primer punto de la Agenda de Género prevé “Medidas para el efectivo cumplimiento de Belén do Pará y la plataforma de acción de Beijing”.
Destaquemos, una vez más, que la Convención de Belén do Pará es la herramienta de la OEA para forzar la legalización del aborto por imposición internacional (es la versión americana y mejorada de la CEDAW). Con esa Convención se incorporó, además, el concepto de género en la legislación regional.
De la Plataforma de Acción de Beijing recordemos, por ejemplo, que definió a la salud reproductiva como “un estado general de bienestar físico, mental y social …en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo y sus funciones y procesos” y a la atención de la salud reproductiva como “el conjunto de métodos, técnicas y servicios que contribuyen a la salud y al bienestar reproductivos al evitar y resolver los problemas relacionados con la salud reproductiva” (p.94). Y que recomendó "considerar la posibilidad de revisar las leyes que prevén medidas punitivas contra las mujeres que han tenido abortos ilegales."(p. 106 k)
En este contexto “erradicar la violencia contra las mujeres”, como pide la Agenda de Género, exige facilitar el acceso al aborto. Lo mismo pasa con la “asistencia a las víctimas de delitos sexuales”, uno de esos delitos es la violación y si la víctima queda embarazada su asistencia incluye el aborto.
El segundo punto de la Agenda de Género apunta a las “Medidas para cumplir con las metas del milenio sobre reducción de mortalidad materna”.
Cualquiera que haya escuchado alguna vez los reclamos abortistas sabe que la “reducción de la mortalidad materna” es el caballito de batalla para legalizar el aborto.
En este punto de la Agenda los legisladores se comprometieron a diseñar “medidas para asegurar la plena vigencia de los DDSS y reproductivos de las mujeres, con especial consideración de las recomendaciones de los organismos encargados del monitoreo de los tratados internacionales de Derechos Humanos”.
Los “derechos sexuales (DDSS) y reproductivos” no son otra cosa que anticoncepción, esterilización, homosexualidad y aborto.
Citemos algunas de las recomendaciones de los Comités de seguimiento de los tratados internacionales de Derechos Humanos aludidos:
El de la CEDAW (Convención sobre Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer), recomendó al gobierno argentino, en 1997, “revisar la legislación sobre el aborto”.
El del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, nos dijo en el 2000: “En cuanto a los derechos relacionados con la salud reproductiva, preocupa al Comité que la criminalización del aborto disuada a los médicos de aplicar este procedimiento sin mandato judicial incluso cuando la ley se lo permite” (léase Aborto no Punible) y más adelante, "Las mujeres deben poder recurrir a los métodos de planificación familiar y al procedimiento de esterilización y, en los casos en que se pueda practicar legalmente el aborto, se deben suprimir todos los obstáculos a su obtención. Se debe modificar la legislación nacional para autorizar el aborto en todos los casos de embarazo por violación”.
Este es el modo de ir ampliando las causales absolutorias del Código Penal y convirtiendo –al mismo tiempo- los abortos sin condena penal en abortos legales. El objetivo final: la legalización irrestricta del aborto.
El cuarto punto de la Agenda de Género se refiere a la “Ley antidiscriminatoria”.
Y pide en concreto la “Revisión integral de la ley” y la “Ampliación de las categorías e incorporación de la no taxatividad de la enumeración”
Lo que se persigue es incluir en la ley la no discriminación por orientación sexual y género, que es un viejo reclamo de la comunidad homosexual. Esta ampliación de la ley antidiscriminatoria obtuvo dos veces la media sanción (en diciembre de 2003 en Diputados y en noviembre de 2005 en el Senado); en ambas oportunidades terminó perdiendo estado parlamentario y ahora está nuevamente en estudio (Vid, entre otros, Notivida 193, 328 y 329). Esta modificación de la antidiscriminatoria le daría entidad jurídica a todos los reclamos homosexuales, incluido el “matrimonio homosexual”.
El octavo punto de la Agenda de Género propone “Reformas al código penal “.
Entre ellas la “Revisión del código penal en cuanto a la figura del reconocimiento de la imputabilidad disminuida en el estado puerperal de la madre”.
Con esto se intenta reducir la pena por filicidio cuando el hijo tiene menos de un mes y medio. Para esto se ha usado como bandera el caso de Romina Tejerina, la jujeña que purga una condena de 14 años por asesinar de 17 puñaladas a su hijo recién nacido. FIN
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NOTIVIDA, Año VIII, nº 497,17 de marzo de 2008
Editores: P. Juan C. Sanahuja y Mónica del Río
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