lunes, 31 de marzo de 2008

NINGÚN CATÓLICO PUEDE ADMITIR EL ABORTO NI LA EUTANASIA

Madrid (España), 31 Mar. 08 (AICA)
“Los Obispos sentimos el deber de promover en la Iglesia y en la sociedad el valor de la vida humana, alentando todas las iniciativas que promueven la familia y la vida como, por ejemplo, la moratoria internacional sobre el aborto”, se lee en el Mensaje publicado por la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española con motivo de la celebración de la VII Jornada por la Vida que este año se celebra el 31 de marzo, solemnidad de la Encarnación. El Mensaje que lleva por título “La vida es siempre un bien”, recuerda que “nunca se puede legitimar la muerte de un inocente. Se minaría el mismo fundamento de la sociedad”. Por ello los Obispos invitan a los fieles a pedir al Señor para que ilumine a todos y especialmente a los políticos para “comprender y remediar el enorme drama humano que el aborto supone para el niño, para la propia madre, y para la sociedad entera” a la vez que piden que sea abolida la ley del aborto, y se apoye eficazmente a la mujer, “ creando una nueva cultura donde las familias acojan y promuevan la vida”. en este sentido plantean como alternativa importante la adopción. A continuación se dirigen más en concreto a los católicos a quienes recuerdan sus obligaciones morales y de conciencia. “Ningún católico, ni en el ámbito privado ni público, puede admitir en ningún caso prácticas como el aborto, la eutanasia o la producción, congelación y manipulación de embriones humanos, La vida humana es un valor sagrado, que todos debemos respetar y que las leyes deben proteger”. Si algún católico albergara dudas sobre este tema, continúan los Obispos, “debería acudir a la oración para pedir la luz del Espíritu Santo”. “La vida es una realidad maravillosa que no deja de sorprendernos”, añaden los Obispos y “cuantos más datos nos proporciona la ciencia, mejor podemos comprender que la vida del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, es un misterio que desborda el ámbito de lo puramente bioquímico”. Una vida que debe ser acogida, respetada y amada, pues es compromiso de todos “acoger la vida humana como don que se debe respetar, tutelar y promover, mucho más cuando es frágil y necesita atención y cuidados, sea antes del nacimiento, sea en su fase terminal”.+

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