◊“El aborto termina con el problema”
Al contrario, es cuando realmente empieza un problema mayor. Implica quitarle la vida a una persona indefensa, y este asesinato perjudica a la mujer:
a) en el aspecto psicológico, ya que sufren de remordimientos y de culpa, sufren cambios repentinos del humor, depresión, llanto sin razón, estados de miedo y pesadillas. Al 52% de las mujeres encuestadas les molesta ver mujeres embarazadas. En el 70% surge con frecuencia la idea de imaginarse con su hijo si éste viviera. El 45% daría marcha atrás si pudiera. En el 51% de los casos la relación de pareja termina;
b) daños físicos: probable esterilidad, alteraciones en el ritmo cardiaco y en la presión arterial, migraña, trastornos en el aparato digestivo, hemorragia, calambres en el vientre y posteriormente, probables abortos espontáneos.
Fuente: “Aborto y angustia”, ACEPRENSA n. 38, España.
◊ “Sí, en caso de violación”.
El niño, producto de la violación no es culpable de dicha agresión, y sin embargo es a él a quien dan pena de muerte sin juicio. La madre se libera de momento del sentimiento de impotencia, pero su dolor aumentará cuando tome conciencia de que acabó con la vida de su hijo. El aborto legal resulta ilícito pues da sentencia de muerte a un inocente por el delito que cometió un varón. Al violador se le da prisión, y al bebé, la muerte.
Fuente: “Relato de una madre”. Victoria Gillick, Rialp.
◊ “El aborto debería permitirse cuando el niño no es deseado porque trauma a la mujer”.
Lo ideal es que todo niño nacido sea querido, pero el aborto no es una alternativa para remediar el posible trauma de la mujer. Si aborta se traumará doblemente. La experiencia demuestra que un hijo no deseado frecuentemente llega a ser deseado y amado.
Fuente: “Contentos de estar aquí”, ACEPRENSA n. 27.
◊ “Cada mujer sabe qué hacer con su cuerpo”.
“Corresponde a la mujer decidir si va a ser madre”, dicen, y parece justo; pero una vez concebido el hijo, la mujer ya no es libre de ser o no ser madre. Es ya una madre... aunque no permita que su hijo viva. “Mi vientre es mío”, gritan; como si el niño fuera parte de las vísceras de la mujer. El feto está en la madre pero no es la madre. Una vez nacido o abortado el feto, a la madre no le falta nada, sigue tan entera como antes, cosa que no ocurriría si le quitaran un órgano. Si el embrión no fuera distinto a su madre, no tendría otro corazón, y no tendría un código genético individual que lo hace único. El vientre de la madre es el hogar del bebé, donde supuestamente está protegido.
Fuente: S. di Francesco, “El derecho al nacimiento”. Ed. Difusión. Argentina.
◊ “La legalización disminuiría el número de abortos”.
Se ha comprobado que si el aborto se legaliza, aumenta 10 ó 15 veces más como sucedió en los Estados Unidos y Francia.
Fuente: “EE.UU. 25 años de legalización del aborto. ACEPRENSA n. 4.
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