El obispo de San Carlos de Bariloche, monseñor Fernando Maletti, y el equipo de voluntarios de Gravida, salieron al encuentro de una joven de 17 años, víctima de violencia sexual, que decidió abortar al niño por nacer tras obtener una autorización judicial, a fin de “sin condenas ni polémicas, ofrecer toda nuestra ayuda, acompañamiento y contención” y además despertar “la conciencia del valor de la vida humana, y de acogida al niño que viene”.
Tras señalar que “muchos hermanos y hermanas, incluso, se han ofrecido para adoptar a este niño, como actitud bien concreta y no sólo reclamativa”, tanto el obispo como la organización dedicada a la atención de la mujer en riesgo de abortar, lamentaron que “quien tenia en sus manos la decisión sobre la vida de este niño, el juez Martin Lozada, prácticamente haya dictado su sentencia de muerte”. “Sentencia que de llevarse a cabo, nos dejará a todos, incluida la joven embarazada, con un amargo dolor y una inocultable vergüenza y frustración”, dijeron en un comunicado titulado “La vida humana como don”.
La joven madre, de 17 años, cursa un embarazo de 12 semanas de gestación. Pertenece a la comunidad mapuche de Nahuelpán que habita en un paraje cercano a El Bolsón, Río Negro. La madre convivió con dos hombres, hermanos entre sí, y ambos –padre y tío- abusaron de la joven desde hace seis años, según denunciaron.
“Hacerla abortar es volver a violarla”
“Con la muerte de un bebé inocente no se soluciona el abandono y abuso que sufrió la joven.
Hacerla abortar, es no sólo matar una vida sino volver a violarla”, advirtió el padre Juan Angel Dieuzeide, en declaraciones radiales.
El sacerdote de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, de San Carlos de Bariloche, recordó que “un ser humano concebido es un ser humano”, al preguntar “quién determina que no lo es”. Lo cierto es, aseguró, que “la medicina no es Dios” para poder hacerlo.
Texto del comunicado del Obispado
Frente a la terrible situación, de la que hemos tomado conocimiento a través de los medios de comunicación, de una adolescente de 17 años embarazada, aparentemente, de su propio padre o de un tío, denunciando años de abuso, violación y sometimiento por parte de ambos, el equipo de voluntarios de GRAVIDA (servicio diocesano de acogida a la vida naciente) y el obispo de San Carlos de Bariloche, Padre Fernando C. Maletti, quieren llevar su mensaje de comprensión, misericordia y amor hacia quien ha sido víctima de esta violencia sexual, que sin duda ha provocado heridas dolorosísimas en su alma, mancillando su inocencia y su dignidad personal.
Ante la decisión de abortar al niño por nacer, que lamentablemente ha tenido autorización judicial, queremos salir al encuentro de esta joven madre, y ante ella, sin condenas ni polémicas, ofrecer toda nuestra ayuda, acompañamiento y contención, ayuda que Grávida Diocesana realiza a través de un servicio concreto de orientación, asistencia y contención de la madre embarazada en riesgo de aborto, despertando la conciencia del valor de la vida humana, y de acogida al niño que viene. Muchos hermanos y hermanas, incluso, se han ofrecido para adoptar a este niño, como actitud bien concreta y no solo declamativa.
Creemos firmemente -y comprometemos en ello toda nuestra inteligencia y voluntad- que la vida humana es un don maravilloso de DIOS, y que la posibilidad milagrosa de existir, de nacer y de vivir, debe respetarse siempre. Aun cuando esa posibilidad sea fruto de una tremenda y traumática experiencia de sometimiento sexual como el que ha padecido esta joven, debemos esforzarnos por proteger esa vida que viene, porque no solo el niño no es responsable en absoluto de las circunstancias y de las acciones de violencia y abuso en que fue engendrado, sino que es muy probable que su misma “presencia” ponga fin a tantos años de sometimiento y abuso para la madre. Queremos decirle a esta adolescente que puede contar con Grávida y con el Obispo de San Carlos de Bariloche. Estamos totalmente disponibles para escuchar todo su dolor y acompañarla en este momento dramático que está viviendo, pues no cabe duda que este niño que viene, no ha sido buscado ni querido por ella, que su embarazo no es una vivencia dulce y feliz, sino dolorosa y triste, pero que aún así la eliminación mediante un aborto del niño que está en su vientre, solo le traerá más dolor y sufrimiento a su vida y no reestablecerá la dignidad que brutalmente le han quitado. Lamentamos que quien tenia en sus manos la decisión sobre la vida de este niño, el Juez Martín Lozada, prácticamente haya dictado su sentencia de muerte, sentencia que de llevarse a cabo, nos dejará a todos, incluida la joven embarazada, con un amargo dolor y una inocultable vergüenza y frustración.
Finalmente queremos recordar lo dicho por los Obispos Patagónicos ante una situación similar ocurrida en Comodoro Rivadavia, “…como Iglesia expresamos hoy la postura a favor de la vida y nuestro apoyo, comprensión y solidaridad a las víctimas de situaciones aberrantes. Para lo cual ofrecemos nuevamente:
* Nuestro apoyo moral, espiritual, recursos y hogares que desean adoptar la vida en riesgo. No ofrecemos la muerte, sino la vida.
* La oración y ayuda pastoral para que las consecuencias del aborto procurado sean lo menos traumáticas posibles para las personas afectadas y para la sociedad.
* La propuesta de una reflexión serena y constructiva como sociedad, en base a valores éticos universales que, en el proyecto de provincia y de nación que queremos, aseguren la vida y la felicidad para todos, de modo que en situaciones semejantes se implementen las soluciones justas y dignas, que no son las más fáciles.
* El reclamo al reconocimiento de la objeción de conciencia, como derecho y garantía de la no discriminación que debe existir en una sociedad pluralista y democrática.
Más allá de cualquier creencia religiosa o ideológica, tenemos la certeza de estar defendiendo un derecho universal que es patrimonio de toda persona que quiere crecer y convivir dignamente en la familia humana” (Obispos patagónicos, declaración “Con el Aborto perdemos todos”, 10 de marzo del2010).
Invitamos a rezar por esta intención. Que Jesús Resucitado llene de vida nuestros corazones y que María, su Madre, nos enseñe el Amor, única respuesta valida y digna que como seres humanos podemos dar. Informes: obispado@bariloche.com.ar o en gravidabariloche@hotmail.com
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