(AICA) El Servicio a la Vida, del movimiento universitario Fundar, expresó su deseo de que “no se sancionen” los proyectos de ley para modificar el Código Civil a fin de permitir el mal llamado “matrimonio” entre personas del mismo sexo, que el miércoles pasado lograron dictamen favorable de las comisiones de Legislación General y Familia, Mujer, Infancia y Juventud de la Cámara de Diputados, habilitando su tratamiento futuro en el recinto.
Asimismo, manifestó confianza en que “los legisladores estarán a la altura de las circunstancias en el ejercicio de su responsabilidad de proteger a la familia y al matrimonio de varón y mujer, para bien de toda la sociedad”.
El Servicio a la Vida advierte que los proyectos en estudio prevén modificar "artículos del Código civil y de otras leyes complementarias”, y precisa que “la reforma clave consiste en modificar el artículo 172, referido al consentimiento para que haya matrimonio, reemplazando la expresión ‘hombre’ y ‘mujer’ por ‘ambos contrayentes’”.
Además, apunta a cambiar en todos los lugares donde el Código utiliza la expresión “padre” y “madre” se propone usar “padres”.
También se pretende modificar la ley del nombre (18.248) para que disponga: “Los hijos matrimoniales de cónyuges del mismo sexo llevarán el primer apellido de alguno de ellos. A pedido de estos podrá inscribirse el apellido compuesto del cónyuge del cual tuviera el primer apellido o agregarse el del otro cónyuge. Si no hubiera acuerdo acerca de qué apellido llevará el adoptado y si ha de ser compuesto, cómo se integrará, los apellidos se ordenarán alfabéticamente...”
La organización universitaria sostiene que “este punto es particularmente problemático, pues, sin perjuicio de otras graves consideraciones referidas a la posibilidad de adopción por parte de estas uniones, cabe preguntarse cómo pueden tener “hijos matrimoniales” dos personas del mismo sexo”.
“Si se pretendiera legitimar que estas personas tengan ‘hijos matrimoniales’ por técnicas de procreación artificial, ello resultaría contrario no sólo a la dignidad de la persona por nacer, sino que además importaría una gravísima alteración de las reglas civiles que determinan los lazos filiatorios, especialmente de las presunciones de maternidad y paternidad. Si se quisiera imponer a los ‘hijos’ que fueran concebidos por estas técnicas, a partir de la pretensión de estas uniones, que sean ‘hijos’ de los pretensos ‘cónyuges’, siempre estaría disponible una acción de estado para impugnar la paternidad o la maternidad y para establecer la verdad según lo que determina la biología. De otra forma, no sólo modificaríamos el matrimonio, sino toda la estructuración jurídica de los vínculos de parentesco”, alerta.
Por otra parte, tal posibilidad de recurrir a técnicas de procreación artificial resultaría “claramente manipulatoria de la vida humana y un sometimiento de la persona a inaceptables parámetros técnicos de control, análogos a los de la producción industrial”.
Además, en la misma reforma a la ley del nombre, los pretensos cónyuges del mismo sexo podrán adicionar a su apellido el del otro precedido de la preposición “de”.
“Este proyecto es claramente inconstitucional, pues la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales reconocen y protegen a la familia fundada en la unión de varón y mujer. Además, en el específico caso de la adopción o de la pretensión de tener hijos por técnicas de procreación artificial, se afecta el interés superior del niño, criterio rector de la Convención sobre los Derechos del Niño”, asegura el Servicio a la Vida.
Argumentaciones
Los promotores del proyecto centraron sus argumentaciones en torno a la igualdad ante la ley (articulo 16 de la Constitución Nacional). Como bien se ha dicho, la posibilidad de que el matrimonio sólo se pueda celebrar entre un varón y una mujer no significa ninguna desigualdad ante la ley, pues todos los varones y todas las mujeres, dentro de cierta edad y requisitos, pueden acceder a esta institución, que, por su propia configuración requiere la diversidad sexual. Esta distinción no es arbitraria y por tanto no es aceptable tal argumento.
También se citó el artículo 19 de la Constitución Nancional que dispone: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados”. En este sentido, como se ha sostenido, es paradójico que se cite un artículo que refiere a la privacidad para respaldar un proyecto que busca un reconocimiento “público” de lo que ocurre en un ámbito privado.
El proyecto contiene una norma que constituye una suerte de “cheque en blanco” y que afecta a todo el sistema jurídico, pues se pretende establecer que: “Todas las referencias a la institución del matrimonio que contiene nuestro ordenamiento jurídico se entenderán aplicables tanto al matrimonio constituido por dos personas del mismo sexo como al constituido por dos personas de distinto sexo”.
Además del dictamen de mayoría, se habrían firmado dictámenes de minoría impulsando un régimen especial de “unión civil” y otro dictamen de minoría de rechazo de las iniciativas. Al respecto, reiteramos lo manifestado en el sentido de que resultan ética y jurídicamente objetables las iniciativas que proponen la equiparación de uniones de personas del mismo sexo con el matrimonio. Existe una diferencia esencial entre tales uniones y la unión de varón y mujer estable, exclusiva y para toda la vida, abierta a la procreación que es el matrimonio.
Rechazo de la Democracia Cristiana y la diputada Hotton
El presidente del Partido Demócrata Cristiano de la República Argentina, doctor Carlos Traboulsi, y la diputada Cynthia Hotton, de confesión evangélica, manifestaron su más enérgico rechazo a la modificación del Código Civil, a fin de dar vía libre a este tipo de uniones entre personas del mismo sexo.
"No se trata de proscribir ni discriminar a los homosexuales, sino, por el contrario, se trata de salvar a la verdadera familia humana, compuesta por un hombre y una mujer, con fines de procreación, en salvaguarda de los valores y de la identidad de nuestro ser nacional, para evitar que una minoría elitista, y económicamente activa y mediática, logre destruir el concepto de país, pueblo y nación, que los demócratas-cristianos argentinos defendemos".
En tanto, la legisladora Hotton dijo oponerse a la aprobación del "matrimonio" homosexual con adopción, por estar convencida de que "son millones los argentinos que creen que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, y que el niño adoptado tiene derecho a un papá y una mamá".
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