miércoles, 28 de octubre de 2009

UN ABORTISTA… PREMIO NOBEL DE LA PAZ

Si entendemos el concepto de paz, éste implica: ausencia de conflicto, violencia o guerra y promueve el bien ser y bien estar de todos los seres humanos basados en la verdad, la justicia, la caridad y la libertad.Es en este sentido que nos resulta incomprensible cómo Obama, quien se ha declarado abiertamente pro aborto, quien dedica recursos innumerables a la eliminación de los seres humanos más indefensos, y quien ha declarado su posición en contra de la vida en la ONU, pueda ser el ganador del Premio Nobel de la Paz.
El aborto es la violencia, la guerra más descarnada que puede existir, pues se da contra alguien pequeño e indefenso, se da contra el ser humano más debil, atentando contra la verdad, la justicia, la caridad y la libertad, justamente los valores que sustentan la paz y con ello se desata una violenta realidad en la mujer, en la familia y en la sociedad.
Más allá de que el Presidente Obama es un buen orador y ha cautivado con “palabras encantadoras” a más de uno, incluido el Jurado del Premio Nobel, los hechos desmienten su calidad de pacifista, no solamente por la cantidad de conflictos bélicos en los que está metido y no ha podido reorientar, sino porque se ha declarado promotor de la guerra más silenciosa y cruenta que existe hoy en el mundo: el aborto.
Una guerra que cobra diariamente 3 mil 700 vidas de inocentes, 1.3 millones al año y que es financiada con el presupuesto federal de EU(3); una guerra que quizá no es tan aparatosa, pero cuyos efectos están destruyendo a la ya de por sí decadente sociedad estadounidense.

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