Frente al intento de sectores de la ONU de imponer su exterminio, la Santa sede recuerda también que "la legislación relativa a los niños debe tomar en consideración la función indispensable de los padres".
REDACCION HO.- La delegación del Vaticano en la 64ª Asamblea General de las Naciones Unidas ha llamado la atención de los países miembros sobre los niños no nacidos.
El observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, Monseñor Migliore, destacó con estas palabras la necesidad de defender los derechos de los niños no nacidos:
"La Santa Sede alienta a todos los Estados que no lo han hecho todavía a asociarse a la promoción de la tutela legal de los niños ratificando y adhiriéndose a la Convención y a los Protocolos y exhorta a una correcta actualización de estos instrumentos legales, que implica el respeto por el innato derecho a la vida de todos los niños. En nuestros debates para poner fin a la violencia contra los niños no podemos dejar de recordar que a demasiados niños se les niega el derecho a la vida; que la selección prenatal elimina tanto a niños sospechosos de ser discapacitados como a niñas sólo por motivo de su sexo."
La delegación del Vaticano en la ONU ha insistido además en la importancia de la familia a la hora de proteger los derechos de los niños:
"Mi delegación no podrá nunca mostrar suficientemente la importancia de la familia en la vida de todo niño y que la legislación relativa a los niños debe tomar en consideración la función indispensable de los padres. A veces, en las decisiones sobre la promoción y sobre la tutela de los derechos del niño, existe la tendencia a hablar en términos de relación entre el niño y el Estado, minimizando la función de los padres.
Hace falta recordar siempre, como afirma la Convención sobre los derechos del Niño, que los Estados Miembros están llamados a respetar la responsabilidad, el derecho y el deber de los padres de proporcionar al niño, de manera correspondiente al desarrollo de sus capacidades, la orientación y los consejos adecuados al ejercicio de los derechos que le son reconocidos en la presente Convención."
Según informa Zenit, el arzobispo Migliore también recordó que "los niños se convierten en las primeras víctimas de la escasez y las guerras":
"Son mutilados por armas que no habían explotado, que no tienen alimento suficiente ni vivienda, que son privados de educación, que caen enfermos de sida, malaria y tuberculosis sin poder acceder a los medicamentos. Y son vendidos por traficantes, sometidos a explotación sexual, reclutados en ejércitos irregulares, desarraigados a causa de desplazamientos forzados u obligados a realizar trabajos debilitantes".
Monseñor Migliore destacó "más de 300.000 instituciones educativas, asistenciales y sociales de la Iglesia católica trabajan cada día para garantizar a los niños una educación o para asegurar la reinserción de los niños víctimas de abusos y descuidados, en sus propias familias si es posible y en la sociedad":
"Todos los niños merecen crecer en un ambiente estable y sano en sintonía con su dignidad."
Monseñor Migliore recordó que en la última década más de dos millones de niños han muerto en el transcurso de conflictos armados, seis millones han quedado discapacitados, decenas de miles han sido mutilados por minas antipersona y más de 300.000 han sido reclutados como niños soldado:
"Para eliminar la violencia contra los niños, es necesario que el Estado y la sociedad apoyen a la familia y le permitan desarrollar su propia responsabilidad. Los gobiernos deben asumir su función justa para proteger y promover la vida familiar porque ésta última tiene vínculos evidentes y vitales con la sociedad".
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