Sin embargo, a un año de estrenarse como líder de la nación más importante, sus logros en cuanto a posicionamiento internacional, detención de la guerra o mejora económica no han sido para nada significativos. Lo que Obama sí ha logrado es consolidar una filosofía que, pese a tener tiempo existiendo en la mentalidad de los estadounidenses, con la aprobación de su principal líder, ha ganado todavía más terreno.
Como buen demócrata, apoya y fomenta conductas que más que liberales podrían calificarse de atentados contra la integridad humana o la estructura base de toda sociedad: la familia.
Como punto de partida Obama apoya el aborto. Tan sólo durante los primeros días de su gobierno, el mandatario firmó una orden ejecutiva a favor del aborto, justificando el respeto a las decisiones que, según él, únicamente conciernen a la mujer.
Por otro lado, y sin olvidar que en estos terrenos ya no podemos ser tan críticos, puesto que nuestra ciudad cojea del mismo pie, Obama nunca ha titubeado en apoyar por completo a las parejas homosexuales, dígase matrimonios y entiéndase adopción.
Este problema no es algo que se le pueda atribuir directamente a Obama o su administración. Desgraciadamente para EU, la familia siempre ha sido un tema de poco interés al que simplemente no se le ha dado la prioridad debida. Claro, habrá sus excepciones, pero la gran mayoría de los estadounidenses no comparten la idea de que consolidar una buena familia, trae como consecuencia la consolidación de una mejor sociedad.
Parte importante de los problemas que Obama enfrenta y que al parecer seguirá enfrentando, es el repudio y poco apoyo por parte de los republicanos. En parte, por el insustentable racismo, pero sin duda alguna también por la conciencia que ellos sí tienen hacia la defensa de los límites.
Saben que EU se caracteriza por ser cuna de conductas que abiertas de más, caen en los agujeros del relativismo y el nihilismo. Y aunque también con conductas altamente criticables, sobre todo por parte de sus últimos hombres en el poder, es una realidad que tienden a preocuparse un poco más por defender algo que ni siquiera debería ser discutible: la defensa a la vida.
Con el apoyo a las prácticas abortistas, lo único que Obama hace es continuar con algo que tanto parece molestarle. Muchas son las veces en las que ha sancionado las guerras iniciadas por su antecesor; en más de una ocasión ha mostrado su postura en contra de la enorme pérdida de vidas.
Prometió acabar con esto, sin embargo, dentro de su propia nación permite que a las jovencitas inconscientes se les haga fácil embarazarse a los 16 años para luego ponerle fin a su problema con un asesinato. Esto no sólo sucede en las cintas hollywoodenses, en la vida real ocurre y hasta más de lo que nos imaginamos.
Sin duda, Obama llegó al poder como una fórmula de cambio, del nuevo modelo de hacer política; sin embargo, el hecho de que urjan cambios en la todavía nación más importante del mundo, no significa que tenga que atentar contra la fórmulas que han permanecido como eje central de toda sana sociedad.
Cynthia Castañeda
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